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07 julio 2022

NAPLES & SICILY (ITALY) 2022 june



Para algunos es difícil nombrar Sicilia y no pensar en la mafia, especulación urbanística, atraso secular e inmigración a EEUU. Pero, más allá de los tópicos, es una verdadera gozada y un viaje muy recomendable.

No sólo por su brutal escaparate artístico, sus playas, el perfume de los limoneros, las ruinas arqueológicas, los volcanes, la riqueza gastronómica y sus extraordinarios vinos: la indómita Sicilia es un cruce de caminos y la esencia mediterránea en estado puro. En mis viajes me gusta “darle a todo”, a todo lo bueno, y no encasillarme en la búsqueda de destinos que me puedan sorprender o enriquecer: Sicilia es muy diferente, vibrante y un auténtico placer para los cinco sentidos. Nápoles también.

Mi experiencia italiana se reducía hasta ahora solo a dos de los destinos casi "obligados" en Europa: Roma (2009) y Venecia (2011). 

Diré que contradictoriamente con mi actitud de viajar por el mundo sin prejuicios, y sin duda maravillado por esas dos ciudades, la masificación y mi “sentir” ante el tipo de turismo visto, había hecho relegar mi regreso a Italia frente a otras opciones. 

Hasta que leí sobre Sicilia y Nápoles y vi la posibilidad de combinarlas de una manera tan sencilla. Es otro mundo. 

Dicen que no hay nada menos italiano que un siciliano

Su carácter llama la atención, supervivientes de muchas invasiones y mezcla de tantas culturas en una tierra dura que los sacude de tanto en tanto y que les ha obligado a emigrar durante décadas. 

Los sicilianos aman sus tradiciones, tienen un peculiar sentido del humor y son bastante tradicionales y pudorosos (no verás top-less en sus playas ni besos por la calle). 

Llena de contrastes, Sicilia es una de las 20 regiones que conforman Italia. La mayor isla del Mar Mediterráneo (25.700 km2), aún más grande que la de Cerdeña y 7 veces mayor que la de Mallorca, con más de 5 mill. hab. y unos 1.500 km de costa. Debes por ello de tener muy en cuenta este enorme tamaño para diseñar un itinerario adecuado a los días disponibles. 

Y es que con tantísimos lugares para poder visitar, hay que planificar muy bien el viaje. Aunque cada rincón de la isla merece su momento de atención, es imposible visitarla a fondo con base de operaciones en una o dos ciudades. 
Toda su riqueza hace que sea muy difícil seleccionar una lista de lugares imprescindibles: no podrías llegar a todos salvo que fueses mínimo 15 días y tu presupuesto te lo permita. 
Es normal que leas itinerarios viajeros muy diferentes en Sicilia. 



Yo estuve 9D y 9N en Sicilia. Menos tiempo lo vería justo. Reservando todo con casi 2 meses de antelación, y aprovechando la temporada baja (menos turismo, mejores precios y menos calor) en junio, en la antesala de un verano que se preveía desbocado en movilidad aérea, diseñé un road-trip exigente (950 km) y concienzudo tras programar dos noches en una fantástica Nápoles. 

Un viaje que ha conseguido engancharme: he conocido y disfrutado de una Sicilia inmensa y soleada que combina arte, gastronomía, vinos, mar y playa de una manera con la que muy pocos lugares de Europa compiten. 

El famoso escritor alemán Wolfgang Goethe dijo de Sicilia: “L’Italia senza Sicilia no Lascia nello Spirito immagine: qui è di tutto la chiave" (algo así como “Haber visto Italia sin haber visto Sicilia no es haber visto a Italia, en absoluto, Sicilia es la clave de todo”). Curioso. 

El caso es que no hay isla en el Mediterráneo que haya sido más veces invadida ni tenga tantos restos de tantas culturas, un crisol con mezcla de aire español, árabe y griego, sin olvidar la TAN marcada idiosincrasia del sur de Italia, aspecto siempre muy presente y que me ha sorprendido para bien.

A pesar de ser parte de Italia, Sicilia es muy diferente y tiene su propia historia, lengua y costumbres. Marsala, en el este, está de hecho más cerca de Túnez que de Nápoles.  Es la isla del barroco. De los templos griegos. De las villas romanas. De las catedrales normandas. De los pueblos marineros. De la gastronomía mediterránea. De la geografía intrincada. Su amplia oferta cultural y gastronómica, a unos precios aún asequibles, figuran entre sus principales bazas.

Territorio de viñedos y de olivos, Sicilia tiene "carácter" y un ambiente algo "decadente", pero es una decadencia costumbrista, típica de allí, y para mí muy atrayente. Esa permanente sensación como de “abandono”, evocando a veces casi a La Habana Vieja, me ha cautivado. Taormina, aparte.

Aun siendo muy recomendable creo que es un tipo de viaje que quizás no sea para cualquiera que no acepte que en este road-trip es necesario cierto “trajín” si quieres obtener una de las mejores y más vibrantes recompensas viajeras posibles en Europa 

Tras conocer la increíble Nápoles, hacer seguido Sicilia ha sido, en su conjunto, una vivencia viajera fascinante en la que, a sumar a una logística necesariamente algo endiablada, debes de leer entre líneas con todo lo sorprendente que se te pondrá por delante. Y disfrutar. Mucho. En mi caso, a tan solo 2 horas de avión desde España.

En Nápoles, la ciudad más poblada del sur de Italia y la tercera más grande del país, diré que un intenso día completo de visita (con 2 noches) no me supo a poco y fue suficiente. Me gustan las ciudades que tienen fuerte personalidad y energía y Nápoles me encantó por ser una urbe muy viva. 
En apariencia desorganizada y no tan caótica como se pinta (porque ves que mantiene un cierto orden natural), tiene fabulosas vistas al volcán Vesubio y su centro histórico es Patrimonio de la Humanidad. 

Los napolitanos dicen “ver Nápoles, después morir”. Y es que es una ciudad única que te ofrece mucho, siendo una gozada patearla, perderse por sus callejones, escuchar hablar a sus habitantes y aceptar que no entenderás nada; el napolitano no es un dialecto y es reconocido por la UNESCO como un idioma real que se escucha en la zona de Nápoles y en la región de Campania. Me resultó difícil de entender (difiere del italiano por sus orígenes griegos) y casi siempre prefería hablar en inglés.

Nápoles es una ciudad para caminar. Yo hice casi 19 km en un solo día. 

Me encantaron sus coloridas casas, sus calles estrechas, tiendas con artículos únicos o el olor de las sfogliatelle inundándolo todo por la mañana.

 A lo largo de cientos de años, ha sido atacada por otros pueblos, destruida, conquistada y reconstruida. Ha sobrevivido a diversos desastres naturales: erupciones de volcanes, tsunamis, terremotos y pestes. Todo esto ha permitido que Nápoles acumule una historia muy particular, además de un patrimonio artístico y monumental diferente al de cualquier otra ciudad europea. Y Maradona... claro.

No soy muy aficionado a la Historia y de hecho me suelo conformar con solo una primera capa de información. En este viaje debo confesar haber descubierto, sin ningún complejo, una inédita e inesperada admiración por el arte, algo inevitable y tan coherente como cuando me he dejado asombrar igualmente por suntuosas mezquitas en Oriente Medio o en otros lugares en Europa, Sudamérica o Asia. Tamaña demostración de grandiosidad y antigüedad, tanto en Nápoles como en Sicilia, me dejaron sorprendido y asombrado. Brutal. 

Frente a unas fachadas de iglesias y catedrales, curiosamente y en general, bastante mediocres, sus interiores eran, en muchos casos, más que impresionantes y una inmensa gozada visual.

También me encantó la gastronomía aunque más aún, los excelentes vinos blancos que probé.

Dividiré este post de este viaje en tres secciones:

1. INTRODUCCIÓN (Logística, alojamiento, transporte, climatología, gastronomía, Seguridad/Mafia e Itinerario)
2. NÁPOLES (2D). 
3. SICILIA (9D).

Puedes ver dos videos HD de este viaje;


Paso ya contarte ahora esta nueva experiencia viajera.

1. INTRODUCCIÓN


LOGISTICA

A la isla de Sicilia, aparte de en ferry (a solo 3 km de la Italia peninsular por el Estrecho de Messina), puedes llegar volando con muchas combinaciones desde aeropuertos italianos o del resto de Europa:

Entrando y saliendo por Palermo, la capital
Entrando y saliendo por Catania, la 2ª ciudad más importante
Entrando por Palermo y saliendo por Catania (mi elección)
Entrando por Catania y saliendo por Palermo
Y estas opciones se ampliarían si considerases entrar o salir usando el diminuto aeropuerto de Trapani (que recibe vuelos de Nápoles, Bolonia, Londres, Roma, Varsovia y Bríndisi).


Las puertas de entrada más habituales son Palermo o Catania, dos ciudades sorprendentes y desconcertantes por la huella árabe de la primera y por la piedra oscura volcánica de los edificios de la segunda, que vive bajo la sombra amenazadora del siempre humeante volcán Etna.

Yo entré por Palermo (desde Nápoles, con Volotea, 77 eur, 35 min.) y salí por Catania (a Nápoles, con EasyJet, 73 eur, 45 min.), realizando entre ambas ciudades una ruta en coche de 950 km. El vuelo de ida y vuelta a Nápoles directo desde Bilbao lo hice con Volotea (210 eur, 2h 15 min). 

Muy buenos precios, incluso facturando maleta. 

Nápoles, en vuelo directo desde Bilbao, lejos de ser una escala no deseada o forzada fue un destino muy intencionado (prescindiendo de vuelos directos a Sicilia desde Barcelona o Madrid) y se convirtió en una de las grandes sorpresas de este viaje tan completo.

Pero ante semejante cantidad de opciones de vuelo posibles, condicionada por tu aeropuerto de salida y sus conexiones, debes de valorar primero qué es lo que quieres conocer de Sicilia y, mejor, concretar de cuántos días dispones. 

Lo primero no es sencillo a priori (hay muchas posibilidades y rutas posibles) y yo pasé por ese proceso: no repetir demasiadas cosas parecidas, pasar de largo u obviar lugares importantes pero no imprescindibles, fiarte de algunas recomendaciones de otros viajeros… y por supuesto hacer de este viaje una experiencia que no te deje exhausto… algo que en algún caso es en cierta medida inevitable: las distancias entre ciudades y pueblos son las que son, la isla es enorme, la velocidad de conducción no es alta  y en cada parada toca caminar para tratar de ver lo indispensable. Sin prisa pero sin pausa. Este no ha sido un formato de viaje para hacer con niños.

Sicilia es una isla repleta de tesoros y con un patrimonio inmensamente rico. Por ello debes crear tu propio itinerario, en función del ritmo deseado, tus intereses y bagaje viajero.


ALOJAMIENTO

En cuanto a los alojamientos en Nápoles y Sicilia, reservé todos en Booking.com y creo que acerté en todos, aunque casi todos tenían algún pequeño “pero”.
 
No fuimos a hoteles (muy caros) sino a Bed & Breakfast (B&B), negocios familiares con varias habitaciones en lugares muy estratégicos ubicados dentro del casco viejo de ciudades y pueblos. Algunos han sido extraordinarios. Con precios económicos para una habitación doble, con AACC  y con algunos desayunos de lujo. Allí pagas después (en metálico) entre 1,5-2,5 eur/pp/noche por impuesto municipal (tasa turística). 

Aviso a navegantes: es importante que la elección de tu alojamiento tenga en cuenta aspectos como la cercanía a algún parking (pocos B&B te lo ofrecen), si el baño privado está dentro o fuera de tu habitación o si tiene o no ascensor (a veces toca subir a un 2º o 3er piso por estrechas escaleras). Los dueños de cada B&B contactarán contigo, el mismo día por WhatsApp, para darte las últimas instrucciones y para conocer tu hora de llegada (supone algo de “pressing” y de cálculo de tiempos por tu parte) y que “estén” presentes cuando llegues.

Deberás pedir a los B&B (casi todos en callejuelas o zonas peatonales) que te indiquen la dirección exacta en la que debes de aparcar tu coche (parking más cercano o zona de “descarga”). En Italia, el roaming es gratuito para los europeos (voz y datos), 
Sin aplicaciones móviles como Google Maps o Maps.me te expones a perderte… y perder la paciencia por calles en las que a veces tus retrovisores pueden rozar las paredes. Pero no te asustes, al final todo es sencillo si vas con los deberes hechos.


TRANSPORTE

La mejor y más cómoda manera de desplazarse, si quieres conocer a fondo Sicilia, es en coche. Hay autopistas de peaje (buenas y muy baratas), autovías y carreteras en general regulares, algunas mal asfaltadas, estrechas y poco señalizadas. Las luces de cruce son obligatorias tanto de día como de noche en las autopistas y fuera de zonas urbanas. Los sicilianos conducen a toda pastilla y suelen olvidar las escasas señales de tráfico. 

Necesitas nervios de acero y mejor coche pequeño. Por cierto, las señales de limitación de velocidad son inauditas y suelen marcan 50 km/h sin explicación alguna: lo mejor, fíate de lo que hagan ellos, a mí al principio me adelantaban hasta los (terroríficamente veloces) autobuses de línea. Ahora he vuelto un poco siciliano en mi forma de conducir.

Muchas calles tampoco están bien señalizadas y pueden ser de sentido único. Para evitar líos, no pierdas de vista tu app de GPS. No te fíes de los taxistas y acuerda precio antes, aunque yo solo los usé en los aeropuertos de Nápoles y Palermo. En Sicilia también tienes autobuses públicos y privados e incluso una red de ferrocarriles. Muchos son los muros de hormigón y los puentes de las carreteras que tienen parte de sus hierros al aire y oxidados; y no hablemos de la deficiente iluminación de los numerosos túneles. Hay cierta indolencia en el mundo de la construcción y en general un mantenimiento deficiente en una isla que es muy montañosa.

Diré también que esa fama en Sicilia de tener ciudades caóticas, en la práctica no es para tanto porque fundamentalmente vas a visitar a pie sus centros históricos, que son peatonales, no tienes que preocuparte por el ruido o por el tráfico. Llegar hasta allí, y aparcar bien, es ya otra historia.

Por cualquier carretera en la que circules verás bolsas de basura. Algunos arcenes más parecían un vertedero. Y la limpieza de algunas calles brilla por su ausencia. Llevan así décadas y la mafia tiene mucho que ver. Es una de las grandes batallas de los sicilianos y de Italia en general: el Gobierno italiano está combatiendo la gestión ilegal de residuos, algo que ha estado siendo aprovechado por la mafia para lucrarse, presionando por obtener concesiones. Italia es otro mundo.

CLIMATOLOGIA

En cuanto a la mejor época para viajar, cualquiera será buena si evitas julio y agosto (Sicilia se masifica y se llena de turistas italianos, y con un calor insoportable). Viajar en Mayo/Junio o en Septiembre/Octubre te garantiza menos turistas y un clima aún muy bueno. Y mejores precios. 

En mi caso fui a mediados de Junio y las temperaturas oscilaron ya entre 20 y 32º, con picos puntuales de 37º en el este. Y siempre soleado menos un día que hubo una fugaz tormenta de verano. Es una isla mediterránea peculiar: en verano hace muchísimo calor y no es difícil que el siroco norteafricano la barra de sur a norte durante días. Y el invierno es cálido en la costa, pero en el interior las temperaturas bajan de 0º y la nieve incluso puede aislar los pueblos de montaña.


MAFIA

En Italia suelen decir que si el crimen organizado fuera un negocio legal, sería la multinacional más importante del país. Es imposible conocer el volumen de negocio que manejan las cuatro mafias principales que tienen repartido casi en su totalidad el sur del territorio italiano (aunque también es habitual que operen en otras partes de la península itálica): la Cosa Nostra (Sicilia), la Camorra (Campania), la 'Ndrangheta (Calabria) y la Sacra Corona Unita (Apulia). 

Todas ellas tienen una estructura similar muy centrada en la organización familiar. Si en su día las mafias recurrieron a una violencia extrema, hoy prefieren los sobornos. La extorsión -un arma silenciosa que suscita menos alarma en la sociedad y atrae menos la atención- ocupa ya un papel menos importante, decantándose más por el tráfico de drogas y la corrupción urbanística. 

El juez antimafia Giovanni Falcone falleció en 1992 en un sonado atentado de la Cosa Nostra en Palermo. Dos meses después otra bomba acabó con la vida de su colega juez Paolo Borsellino también en Palermo. 

Estos atentados marcaron el momento álgido en la estrategia de ataques emprendida por la Cosa Nostra a finales de los 80 y principios de los 90 que dejó decenas de muertos. También supusieron en Italia una ruptura en la percepción social de la mafia. 

Muchos de los líderes mafiosos terminaron en prisión; la presión policial, la creación de nuevas leyes antimafia (como la protección de los arrepentidos y la confiscación de los bienes mafiosos) fueron herramientas cruciales en este cambio. En Sicilia, los golpes policiales continuos hicieron difícil la reorganización de la Cosa Nostra. Hoy se dice que aún controlan parte de la isla aunque ya con ciertas dificultades a la hora de recaudar discretamente dinero (extorsión a cambio de protección). 

En mi viaje, lo único que quizás sí pudimos percibir en Nápoles (en la profundidad del “Barrio español”) y en Sicilia (en las bulliciosas tascas de pescado de la Piazza Caracciolo en Palermo) fue a veces una extraña atmósfera  de complicidad entre algunas personas (tenderos, camareros, cocineros,…) por gestos o comportamiento general que mostraba una actividad controlada por todos. Inofensivo. 

Mentiría si dijese que me preocupó algo en algún momento. La gente era muy simpática y nos trataron siempre muy bien. Son destinos tan seguros o inseguros como otros rincones europeos con mucho turismo.
 
En ciudades como Nápoles verás al ejército en calles, plazas y lugares turísticos… en vez de policía municipal o nacional, quizás más sobornables y menos preparadas,  aunque no olvidemos que toda Europa sigue aún en alerta (nivel 4 de 5) por terrorismo.


GASTRONOMIA

No se puede hablar de Sicilia sin mencionar su gastronomía, muy influenciada por la cocina árabe sobre todo en la utilización del picante y los sabores agridulces en sus platos principales, y en los dulces, como los deliciosos cannolis sicilianos. 

Me encantó el Arancino, una especie de bola de arroz frito con carne, tomate, guisantes, huevo duro y mozzarella... u otros ingredientes. 

Para probar maravillosos platos locales de pasta tienes infinidad de alternativas y rincones secretos, perdidos entre calles, donde podrás probar unos vinos blancos apoteósicos.

De sus orígenes sencillos basados en aceite de oliva, verduras y pescado, la cocina siciliana ha regalado al mundo la caponata, la pasta con sardinas, hinojo, pasas y piñones; las sardinas rellenas y los estofados de sepia y calamar de Palermo, el cuscús de pescado de Trápani, y el atún –el pescado rey por excelencia– con cebolla, anchoas y tomate. Trabajan muy bien los mariscos y pescados, deliciosos.







Los camareros sicilianos son muy buenos profesionales y cuidan con rapidez y efectividad muchas mesas al mismo tiempo. Los precios de la comida estaban muy contenidos, no así los de la cerveza (3-5 eur) ni los del vino (4-8 eur la copa).

Y todo regado siempre con un buen vino. Una de las grandes sorpresas del viaje por una isla llena de grandes viñedos. Si bien Sicilia fue famosa por la producción de ingentes cantidades de vino blanco, eran vinos sin personalidad que se vendían a granel. Todo cambió a principios de los 80’s, cuando comenzó una silenciosa pero imparable revolución que ha cambiado la historia del vino siciliano. 

Lamentablemente el vino tinto (muy bueno, con la uva autóctona Nero d’Avola) te lo sirven "a temperatura ambiente", o sea, caliente, por lo que "nos decantamos" por los excelentes vinos blancos sicilianos en los que la famosa uva local Grillo consigue caldos suaves, afrutados o complejos, dependiendo de la zona y la forma de elaboración pero todos con intensos aromas y sabores. Entre las principales variedades autóctonas de blanco en Sicilia, probé, además de la Grillo, la Inzolia, Zibibbo, Catarratto y Carricante. Nos trajimos con 8 botellas diferentes en dos maletas. Ninguna llegó rota…

Mi itinerario de viaje ha sido:

Días 1 y 2 – Bilbao- Nápoles (2 noches)
Días 3 y 4- Vuelo a Palermo (2 noches)
Día 5 –Valle de los Templos - Scala dei Turchi - Agrigento (noche).
Día 6 – Scala dei Turchi – Sciacca – Salinas – Marsala (noche)
Día 7 – Salinas – Erice – Trapani (noche)
Día 8 – Reserva Natural Zíngaro – Scopello (noche)
Día 9 – Monreale – Cefalú (noche)
Día 10 – Taormina (noche)
Día 11 – Taormina - Catania (noche)
Día 12 – Vuelo de regreso (Catania-Nápoles-Bilbao)


Pero hay muchas opciones más. Ejemplos:
Lugares que no visité:

- Corleone (pueblo entre Palermo y Agrigento) por ofrecer poco más que su legendario nombre.
Selinunte (entre Agrigento y Marsala) por habernos quedado ya saciados de arqueología en el Valle de los Templos.
San Vito lo Capo (entre Trapani y Scopello) por ser un lugar de vacaciones tradicional para muchos sicilianos e italianos en general. Muy turístico, playa bonita pero llena de hamacas y sombrillas.
- El Volcan Etna (entre Taormina y Catania), muy a mi pesar. Mala suerte, el cráter estaba muy humeante con una niebla que impedía hacer la excursión con buenas vistas. A veces pasa. Una pena.
- Las islas Eólias, a 1h. en ferry, en la costa nordeste de Sicilia, por tiempo disponible. Una pena. Es un exótico archipiélago de 7 islas (incluida Strómboli) que mezcla paisajes volcánicos, calas agrestes, puestas de sol y poblados prehistóricos. Patrimonio de la Humanidad, es muy salvaje y debes de valorar si te merece la pena en función de tu ruta y tiempo disponible. Hay quienes van solo unas horas o varios días…
- Al sur de Catania, Siracusa (una ciudad muy agradable, con la península de Ortigia y su laberinto de callejuelas y plazoletas) por estar fuera de ruta.
- Por igual motivo, al sur de Siracusa, no vimos Ragusa, Módica y Noto (tres tranquilas localidades de marcado acento barroco).


2. DÍAS 1 y 2: NÁPOLES 

Nápoles tiene una energía muy especial. No hay como despertarse con el sonido de un mercado callejero napolitano. Es un espectáculo para los sentidos, más parecido a un bazar magrebí que a un mercado europeo: fruteros anunciando sus productos en dialecto napolitano, cabezas de pez espada expuestas, cajas de sardinas sobre hielo, el aroma del crujiente pan casareccio (casero) y las sfogliatelle (pastas rellenas de ricota) recién hechas.

Gritan a distancia y gesticulan. Me ha parecido un verdadero microcosmos y uno de los lugares más auténticos y atrayentes que se pueden visitar hoy en Europa. Tan diferente.

Tiene una mala fama que ha cargado durante décadas y de la que por desgracia no ha podido librarse a pesar del tiempo: muchos creen que aún es una ciudad muy peligrosa. Antes era un lugar con problemas en la gestión de los residuos y donde la inseguridad era palpable. 

Hoy Nápoles es una ciudad más limpia y que puede visitarse sin riesgos particulares tomando las precauciones necesarias. 

Así que, la pregunta del millón: ¿es hoy Nápoles peligrosa?. No, pero me explicaré. Los propios napolitanos te dicen también que no, y que esa fama de ciudad peligrosa, con estafadores, atracos, mafiosos, etc… se exagera mucho y proviene de las ciudades del norte de Italia bajo un supuesto interés en no desviar turismo hacia el sur y que prosperen. Victimismo?.

Uno de los mayores problemas que tienen algunas grandes ciudades europeas, incluida Nápoles, es la alta tasa de robos menores en zonas de aglomeraciones o en horarios nocturnos en zonas poco transitadas. Si llevas la cartera bien guardada, el móvil o la cámara, y el  bolso siempre cruzado, evitarás sustos. 
Pero de la misma forma que existen hipocondriacos, hay también gente más aprehensiva con el tema de la seguridad, y éstos nunca van a ir a Nápoles porque siempre hablarán de alguien a quien le ha pasado algo… aunque haya sido hace muchos años o fuese un simple susto.

Sinceramente no vi que fuese más peligrosa que cualquier gran ciudad europea.  Más bien al contrario, ese aspecto sucio, decadente, desordenado y ruinoso definitivamente me fascinó… tan misteriosa pero alegre a la vez, entretenida y fotogénica, aunque lógicamente hablo solo del Nápoles “turístico” (que es el que yo visité) y no de otras zonas con peor fama y a evitar, como los barrios de Sanità, Traiano, Soccavo o Forcella, aún controladas por la Camorra… donde se dice que "es mejor ir sin casco en la moto", para que todos te vean la cara y no tengas nada que esconder...

Hoy, ante la ausencia de grandes capos, las actividades ilegales campan a sus anchas las "baby gangs" (bandas de niños), pero según el alcalde de Nápoles, en Milán o en Roma hay hoy más crímenes.

La recomendable y aclamada serie de TV “Gomorra” (HBO, 5 Temporadas) me impactó. Trata sobre la problemática de la violencia en el norte de Nápoles a causa de la Camorra, a través de la lucha por el tráfico de droga de clanes rivales.

Rodada en Nápoles, dura y explícita, me enganchó mucho e incluso los propios italianos reconocen que todo en esta serie es "muy real", aunque circunscrita a barrios muy concretos donde todos se conocen y jamás irías si no es con un amigo napolitano. Esta serie sirve también para entender el trasfondo de las actividades mafiosas de hoy en día... y su perímetro de actuación e influencia.

Pero no verás nada de esto en el "Nápoles turístico": sabes de sobra que la mafia está presente porque lees que está interiorizada en la sociedad.
Es cierto que a veces captas cosas, te quedas con alguna movida… miradas, complicidades gestos, pero todo está muy asumido y normalizado. Ha cambiado muchísimo: ya no hay violencia ni la percepción de inseguridad es siempre evidente, ni en Nápoles ni en Sicilia. Además posiblemente, "delincuencia común" y mafia (drogas, extorsión) sean incompatibles en cierta forma.

Pero quizás lo digo por haber sido prudente. Como en cualquier otro destino europeo, bastan cautelas básicas. En Nápoles, la Estación Central y los alrededores del Puerto pueden ser zonas especialmente conflictivas, sobre todo de noche, lo cual tiene sentido. Pero los carteristas buscan personas que estén distraídas para cometer la mayoría de atracos con disimulo y sin violencia. El mayor peligro que puedes correr está quizás en la carretera o en cruzar una calle (aunque para esto, nada como Vietnam). 

Nápoles engancha porque tiene un atractivo que inspira con estampas típicas de la Italia del sur, con sus barrios castizos, sus patios interiores, sus gentes temperamentales, el tráfico endiablado y las calles estrechas con ropa tendida. Es una oportunidad para adentrarse en la Italia más auténtica y comprobar el efecto que aún perdura de su ídolo caído: Maradona!.



Junto a la ciudad de Nápoles hay dos grandiosas atracciones cercanas, que no pudimos visitar, como el amenazador Monte Vesubio, un volcán todavía activo y la magnífica ciudad romana de Pompeya, perfectamente conservada tras ser sepultada por la lava y las cenizas del volcán en el año 79 dC. 

Miles de turistas acuden a Nápoles cada año para verlas y también toman ferris a Capri, Sorrento y la costa Amalfitana.

Se consumen miles de litros al día de Aperol Spritz, un aperitivo gaseoso y amargo que contiene Aperol (similar al Campari), prosecco (vino blanco) y soda.


Aterrizamos de noche en Nápoles. Tras ver una pelea de taxistas en el parking del aeropuerto, llegó el taxi que nos envió el dueño de nuestro B&B (precio cerrado de 20 eur) y que nos llevó frenéticamente a nuestro alojamiento, en mitad del Centro Histórico, a través de estrechos callejones poco iluminados. Emocionante. 

Benvenuti a Napoli!. 

El B&B El Corazon De Napoles, Centro Storico, 57 eur doble con desayuno), tras un enorme y abandonado portón a pie de calle, estaba en el 2º piso de un edificio muy antiguo, en un patio con ascensor, y hubo que cruzar 4 puertas antes de llegar a una enorme y moderna habitación con baño y techos de 4m de altura. Increíble.

Salimos a dar una vuelta y terminamos en la cercana y céntrica Piazza Bellini, llena de gente en terrazas y bares, y vigilados por una unidad del Ejército. Llamativo. Mucho calor. 

Allí comprobamos por primera vez 2 cosas: que el vino tinto (en Nápoles y en Sicilia) lo sirven en copa a temperatura ambiente, algo inaudito, y que resultaba mil veces mejor hablar en inglés. Imposible entenderse en español. 
Por cierto, el vino, por copa, tanto en Nápoles como en Sicilia, costaba entre 5 y 8 euros. Sale a cuenta pedir una botella por entre 22-26 eur.


RUTA A PIE

Caminando se puede ver gran parte de lo más interesante de una ciudad con un patrimonio cultural bestial y una oferta gastronómica de primer nivel. Con tranquilidad y sin temores.

A la mañana siguiente comenzamos una ruta a pie por lo más interesante de Nápoles, tratando de aprovechar muy bien el tiempo pero haciendo muchas paradas para descansar, picar o beber algo. 

Era aún pronto y el ambiente en las calles (un miércoles 15/Junio) no era tan vigoroso y vivaz como pasadas unas horas, bajo un día soleado y caluroso. Al final del día, comprobamos que habíamos caminado casi 19 km. pero para nosotros no es tanto. Calzado cómodo, discreción y a disfrutar.

Hay dos grandes zonas para ver caminando: el casco histórico y la zona del Puerto. Comenzamos por la primera, que era donde estaba nuestro B&B.

Nos adentramos en Spaccanapoli, donde empezamos a encontrarnos con esa imagen que teníamos de Nápoles: ropa colgada en los balcones, tiendas pequeñas de barrio, vida en la calle y en balcones que se convierten en improvisados centros de conversación. Unas imágenes que me encantaron y uno de los motivos por los que quería conocer Nápoles.

Se trata del verdadero corazón de la ciudad, la calle más antigua y uno de los lugares más pintorescos que se pueden ver en Nápoles. Esta larga vía recta, de unos 2 km, va desde el Barrio Español hasta Forcella. 

En este barrio tan característico lograrás sumergirte en la vida diaria de los napolitanos, donde el caos y la esencia de la vieja Nápoles se mezclan con los olores y el bullicio de las motos, pizzerías y pequeños negocios que venden absolutamente de todo. Spaccanapoli cuenta también con decenas de edificios antiguos, monumentos e iglesias en cada esquina, haciendo que posea también un gran valor histórico y cultural. Sientes aquí la verdadera atmósfera napolitana...








Un restaurante con ropa colgada "dentro". Se pasan...

Llegamos a la zona del Duomo y nos quedamos con la boca abierta. 

La entrada al Duomo o Catedral de Nápoles es gratuita y merece mucho la pena, imponente, uno de los lugares más visitados de la ciudad, no en vano aquí se guarda en varias cápsulas la sangre del patrón de la ciudad, San Genaro que, según se dice, vuelve a licuarse cada 19 de septiembre.






Después fuimos hacia la vía San Gregorio Armeno, la famosa calle de los belenes de Nápoles. Esta calle y sus preciosas tiendas de artesanía navideña no sólo están abiertas en esa época, sino que se pueden disfrutar durante todo el año y una visita obligada. 

Los artesanos exponen y venden sus obras de arte en sus tiendecitas, a la vista de cualquiera que quiera disfrutar de un arte que se transmite de padres a hijos. Pero no sólo hay pesebres en esta zona, hay muchas tiendas de artesanía. Encontramos la Vía San Gregorio Armeno uniendo dos calles perpendiculares del casco antiguo de Nápoles, la Vía dei Tribunali y la Vía San Biagio dei Librai. 

Cuando llegamos a Vía San Gregorio Armeno pasamos por una de las opciones para conocer la “Nápoles Subterránea”, una visita que desestimamos para no perder mucho tiempo (2h). Y es que hay muchísimo por ver. Gran parte de la ciudad alberga debajo de ella un auténtico laberinto de catacumbas y galerías. La Nápoles subterránea se trata de un recorrido por las entrañas de la ciudad, a través de muchos túneles con escasa iluminación utilizados para fines turísticos, existiendo muchos tours y recorridos diferentes.











Desde aquí seguimos por la Calle Benedetto Croce para llegar a la Iglesia de Sant’ Angelo a Nilo, donde hicimos una breve visita y disfrutamos mucho de la zona, envueltos en un ambiente que nos encandiló. 

Fuimos hacia la Chiesa San Domenico Maggiore, justo al lado, otra de las más de 400 iglesias que hay en la ciudad y de las que seleccioné las más importantes y conocidas para visitar, ya que no nos daba tiempo a más. 

Tampoco estamos más de 5-10 min. en cada iglesia... pero lo cierto es que hay tantas y algunas son tan impresionantes que no es posible pasar al lado y no entrar para flipar en colores.








Seguimos la calle que baja dirección al mar hasta llegar a la Vía Port’Alba, famosa por acoger algunas de las librerías mas bellas de Nápoles. Seguimos Vía Port’Alba, disfrutando de un ambiente muy italiano, hasta llegar a Benedetto Croce, una calle que nos encantó con unas tiendecitas igualmente encantadoras.

Desde aquí y dando ya por finalizada la visita al “Centro Storico” de Nápoles, nos fuimos hacia la zona del puerto, pasando antes por la famosa Galería Umberto I,  que no es más que un centro comercial inaugurado en 1887 y está dedicado a Umberto I rey de Italia, por su ayuda durante la epidemia de cólera de 1884. El estilo arquitectónico es muy chulo, recuerda al de un lugar muy similar en Milán, con techos muy altos y acristalados y un elegante suelo de mosaicos.


Salimos por la animada calle Toledo, muy ya cerca del “Barrio Español” y aprovechamos para perdernos entre las callecitas adyacentes, que son las que realmente merecen la visita a esta zona de Nápoles, algo degradada pero tan pintoresca.






Por supuesto, comimos un helado de pistacho en la heladería más famosa de Nápoles: Gambrinus.



Después de perdernos en un ambiente muy parecido al que descubrimos por la mañana en Spaccanapoli llegamos a la Piazza del Plebiscito, donde encontramos el Palacio Real y la Basílica Real,  lugar en el que se concentran muchísimas de las visitas de los cruceros a la ciudad. 

Se trata de uno de los símbolos de la ciudad, de la plaza más grande e importante de Nápoles. Con más de 25.000 m2, alberga entorno a ella varios de los principales edificios de la ciudad. Edificios como el Palacio Salerno, la Basílica de San Francisco de Paola y el Palacio Real se encuentran en ella. La plaza del Plebiscito es un importante lugar de reunión para los napolitanos y actualmente se utiliza para todo tipo de eventos, espectáculos y manifestaciones. Había preparado un concierto y la plaza quedaba algo deslucida…



Aquí encontramos también un mirador al Vesubio y una zona de bañistas. Seguimos hasta el Castel dell’Ovo o Castillo del Huevo, donde decidimos no entrar ya que habíamos leído que no vale mucho la pena. Era la zona del puerto deportivo, donde comimos en una “crudería”: nos sirvieron una deliciosa fuente de mariscos crudos y unos tartares de pescado, con un vinazo a la altura, claro.










Desde aquí seguimos nuestra ruta en dirección al Castel Nuovo, que estaba cerrado pero ofrece unas perspectivas diferentes de la ciudad y también en el trayecto que hay hasta llegar a él.











Tocaba ya adentrarnos en el llamado "Barrio Español", que surgió en el S. XVI, cuando España dominaba Nápoles. Su función era dar acogida a las guarniciones militares españolas cuyo trabajo consistía en reprimir las revueltas que surgieran en la población napolitana. 

El barrio también proporcionaba residencia temporal para quienes iban de paso a otros lugares de conflicto. Este barrio, desde sus orígenes, se labró mala reputación, estaba lleno de prostitución y criminalidad resultado de las formas de divertirse de los soldados españoles. Esta zona siempre ha tenido dificultades sociales.


Al visitarlo se aprecia una cultura popular y estilo de vida diferente del napolitano. En la zona encontramos bares, pubs, terrazas y tiendas artesanales entre callejones con altas escaleras y con ropa colgada entre edificios. 
Tiene calles estrechas y perpendiculares que crean un gran entramado lleno de casas y envuelto en un gran ambiente popular. Yo estaba en mi salsa y encantado de ver todo aquello, no vi especial inseguridad en un lugar donde, cuando no es de noche, todo el mundo se conoce y parece existir un cierto control y orden entre ellos. Super-recomendable. Pocas fotos por si acaso...





Es una cara ciertamente caótica de Nápoles y quizás la más interesante. Tomamos unas cervezas en 3 sitios mientras veíamos a niños y niñas de unos 12 años en moto a toda velocidad por las callejuelas y a los lugareños les bajaban baldes con cuerdas para entregarles "cosas". 

Como el Barrio Español ha sido catalogado como "peligroso", es normal que en muchas guías se aconseje no incluirlo entre las zonas para hacer turismo.

Después desandamos todo lo caminado en el día y, antes de llegar a nuestro B&B, fuimos a una vinoteca a picar una tabla de embutidos con un vino tinto que, después de servido, tuvieron que enfriar porque estaba “caliente”. No me deja de extrañar.



Nápoles nos encantó y creo que no puede ser más recomendable… siendo perfecto el combinarlo con Sicilia.


3. SICILIA

DIA 3 y 4: PALERMO

Reservamos un taxi al aeropuerto de Nàpoles y tomamos un vuelo de 35 min. con EasyJet a Palermo. Un taxi de Uber nos esperaba y en 30 min llegamos a nuestro B&B, en una ubicación insuperable: Boutique B&B Vintage donde estuvimos 2 noches (94 eur/noche doble con desayuno, el precio más caro del viaje junto con el B&B de Cefalú).

Palermo seduce por la autenticidad que respiran sus calles. Mucho menos cuidada que otras ciudades europeas, la capital siciliana preserva rincones llenos de encanto que el turismo aún no ha alterado. Como las trattorias de su casco histórico, el mejor lugar para degustar los vinos y platos de la isla.

Es verdad que Palermo no está muy limpia por algunas zonas, cercanas a los grandes mercados sobre todo, pero las demás están bien. Sí que vi una ciudad desordenada, pero así es la idiosincrasia del sur de Italia. Aunque el tráfico no me pareció tan caótico, ojito en los pasos de cebra, incluso con semáforos en verde: muchos coches y motos se los saltan. 

Fundada por los fenicios en el S. VIII aC., Palermo ha sido muchas veces ocupada  y es tremendamente multicultural en estilos, con edificios que evocan el Neoclásico (Teatros) y el paso de romanos, bizantinos, árabes, normandos, españoles, austriacos, etc. Su patrimonio es asombroso, y aunque se  ve en algunas partes descuidado, en eso reside justamente su encanto y tremendo atractivo.

Palermo es Sicilia en esencia: bulliciosa y vital con un desorden que tiene ese punto de auténtico y romántico frente a otros destinos de postín. 

Con una historia milenaria, se encuentra a los pies del Monte Pellegrino y tiene un aspecto decadente, siendo evidente su declive, pero es preciosa y muy atrayente. La gente es amable y un fascinante caos con calles algo abandonadas contrasta con suntuosos edificios nobles. 
Me pareció una ciudad con estilo y llena de vida, conservando el empedrado de otra época.... Y en sus fachadas sigues viendo ropa colgada...Tiene decenas de iglesias, museos y calles históricas, y hay algunos lugares deslumbrantes. Puede recorrerse a pie toda el área monumental, visitando la sorprendente y muy espectacular iglesia del Gesù di Casa Professa, el Mercato Ballaró, la Piazza Bellini, la Piazza Pretoria y su fuente circular llena de estatuas, la Catedral, la iglesia de San Giovanni degli Eremiti o el formidable teatro Massimo, uno de los mejores de Europa. 















Pasear sin rumbo es una excelente opción, sobre todo caminando por la Via Alessandro Paternostro, ocupada por gente que bebe en locales de moda; o por la Via Bara All’Ollivella, llena de restaurantes; o por Vittorio Emanuele II y Maqueda, las arterias que trazan la vida palermitana y que se cruzan en los Quattro Canti. 






Solo algunos highlights:

El Palacio Normando: antigua residencia de los reyes normandos en la Edad Media, el palacio alberga ahora el parlamento regional. También llamado Palazzo Reale, está construido en un lugar donde antiguamente había una fortaleza árabe del S. IX. Ampliado por los normandos y transformado en un complejo palaciego de una de las cortes de mayor importancia en Europa. La visita es muy interesante porque incluye exposiciones y hallazgos arqueológicos.









La (muy) impresionante Capilla Palatina (1132-1140) está en la 1ª planta del Palacio Real. Ostentosa capilla privada que muestra el estilo arquitectónico que dirigieron los normandos. Columnas romanas sostienen un interior románico, coronado por un techo de madera árabe y adornado con espectaculares mosaicos bizantinos. Apoteósico.








San Juan de los Eremitas con sus grandes cúpulas rojas

Catedral de Palermo: mezcla de varios estilos arquitectónicos como el árabe-normando, gótico y barroco. El exterior es realmente impresionante y vale la pena verlo. Preciosa, dorada (comenzada en 1184) es otro  monumento al pasado normando de la ciudad.  




Plaza Vigliena o Quattro Canti, considerada como el centro de la ciudad, marca la intersección de las dos calles principales de Palermo, la Via Vittorio Emanuele y la Via Maqueda, a lo largo de la cual se encuentran muchos palacios e iglesias: cuatro esquinas, cuatro edificios, cuatro fuentes, y en la parte baja de cada uno de los edificios, representadas las cuatro estaciones del año.



El “Street Food” es brutal… y delicioso, aunque en Palermo aún está más presente.

Nápoles es la tercera ciudad más grande de Italia (1 mill. hab.) y su centro histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad. Fundada por los griegos en el S. V aC, ha sido conquistada por romanos, normandos, bávaros, virreyes españoles, Borbones y hasta por los estadounidenses durante la II Guerra Mundial. 

Como resultado, Nápoles es una embriagadora mezcla de arquitectura ecléctica y monumental, mucho folclore… y también con la mejor pizza del planeta: allí nació la pizza Margarita, con los tres colores de la bandera italiana: mozzarella, tomate y albahaca. Son muy estrictos en la preparación de las pizzas y no probarás una pizza napolitana mala.


Teatro Massimo, el teatro de ópera más grande de Italia y el tercero de Europa. Reabrió sus puertas en 1,997 tras un largo periodo de abandono. Allí se rodaron las escenas del atentado contra Michael Corleone en la 3ª parte de El Padrino.




Mercado de Ballaro, para disfrutar de los aromas y colores sicilianos. Mantiene un encanto decadente que lo hace muy especial y único. Los gritos de los vendedores unidos a los intensos olores en ese entorno tan especial hace que sea una pasada.








Puedes caminar a lo largo del Fioro Itálico, un lugar muy popular con una bonita vista al mar, a cuyo comienzo había una terraza de copas en la arena.


En el interior de la fabulosa Chiesa de Santa Caterina D´’Alessandria vimos “Exstasis”, un espectáculo de luz y sonido muy conseguido.




Palermo es un lugar para comer barato en Sicilia, con las manos, paseando, dentro de un alboroto constante. Junto con Bangkok o Marrakech, se disputa el podio del mejor “street food” a nivel mundial.















DIA 5: AGRIGENTO

Tras dos días en Palermo, donde el coche no es necesario, alquilé uno con el que me aseguraba cupiesen 2 trolley “medianas”. Pero en vez de un Citroën C3 (el que cuenta con mayor maletero dentro de los modelos pequeños) me dieron un Opel Corsa y nos sirvió por los pelos. No debes de dejar equipaje a la vista en tus paradas de carretera o en parkings de ciudades.

El alquiler fue por 7 días, haciendo 950 km en total, y por los que pagamos 110 eur/día a través de Booking.com (propietaria de Rentalcars.com) pero con todos los seguros a todo riesgo SIN franquicias. Merece la pena el sobrecoste por viajar con tranquilidad total. Esto lo comprobarás en cuanto te lances a conducir y veas el panorama. ¿Te gusta conducir?. Si al intenso tráfico en las ciudades grandes (no lo ves si caminas por sus zonas antiguas, peatonales), le sumas la dificultad de aparcar en las pequeñas, constatarás lo peculiar que es Sicilia en su arquitectura urbana. Ánimo!.

De Palermo a Agrigento, la ruta te permite descubrir las llanuras de Sicilia, un paisaje muy diferente de lo que te acostumbrarás a ver en Sicilia, aunque no me pareció especialmente bonito, debo decir.

El viaje a Agrigento se justifica por 2 lugares imprescindibles en Sicilia: El Valle de los Templos y la playa de la Scala dei Turchi, aunque antes nos dedicamos a explorar Agrigento, ciudad construida en pendiente.

A ambos lados de su calle principal, la Via Antica, se abren cuestas en subida y en bajada, callejas ásperas llenas de rincones muy curiosos. En Italia no han cambiado el pavimento de las calles de sus centros históricos en siglos, y eso le dejó a algunas ciudades un poso de grandiosidad, incluso cuando -como en la Via Antica- casi no hay aceras.

Hay más edificios abandonados o sucios, más balcones oxidados, más decadencia. La vejez queda más a la vista sin disimulos. Algunos de sus cruces son muy bonitos, como la plaza Pirandello, donde está el Ayuntamiento y un teatro.

Nuestro B&B estaba en la plata 5ª de un edificio. L'Alba sui Templi (72 eur, doble con desayuno, baño privado fuera). Su dueño, que hablaba algo de español, muy simpático, nos dio algunos consejos para comer y cenar. En frente había un parking gratuito. 

El Valle de los Templos (calcula 2,5h de visita) es un recinto arqueológico impresionante en el que se reúnen un buen número de templos clásicos griegos restaurados luego por los romanos. Dicen que son de los mejor conservados del mundo. 

Y es que lo más interesante de Agrigento, está fuera de su casco histórico. Sobre pequeñas lomas, y a apenas 3 km, encuentras este  apabullante lugar, un conjunto de la época griega que poco tiene que envidiar a la acrópolis de Atenas. Las dimensiones, la cantidad, y el buen estado en el que se conservan, le convierten en el mayor yacimiento arqueológico de Sicilia y una de las paradas monumentales más espectaculares. Impresionante y recomendable verlos al atardecer. 

El conjunto lo presiden cinco templos dóricos del S. V aC. (el de la Concordia, el de Juno, el de Hércules, el de los Dioscuros y el de Júpiter Olímpico) esparcidos a lo largo de una extensa superficie salpicada de olivos y almendros y con unas vistas espectaculares del paisaje siciliano. El mejor conservado de todos ellos es el Templo de la Concordia, junto al ícaro caído. Todo es Patrimonio de la Humanidad desde 1.997.









Fuimos en coche a visitar al atardecer la aclamada Scala dei Turchi, a 18 km de Agrigento, un icónico acantilado junto a una playa preciosa con forma de lomas de un blanco inmaculado a través de “escalones” que van a morir al mar. Un lugar precioso y de largo una de las mejores playas de Sicilia. Este acantilado de piedra caliza blanca que baja en el mar turquesa es muy famoso por esas formas de escalones tallados por el viento y el mar. 

Como muchos, cruzamos una valla (que prohibía e impedía el paso por desprendimientos) para poder subir una pequeña cuesta blanca resbalosa y admirar embobados una espectacular puesta de sol. 




Al parecer, Scala dei Turchi ("escalera del turco") se llama así porque en el S. XVI a los piratas sarracenos se les llamaba erróneamente “turcos” y solían desembarcar allí para saquear los pueblos. Presentada como candidata a ser reconocida por la Unesco en 2019 como Patrimonio de la Humanidad, la Scala dei Turchi fue cerrada temporalmente a principios de 2020 después de años de quejas por su mala conservación. El acantilado, recientemente vandalizado con polvo rojo, ha sufrido la erosión natural con los años, pero también le afecta la gran cantidad de turistas, algunos de los cuales arrancan trozos de la piedra caliza, sorprendentemente suave.








Por la noche salimos de nuevo por Agrigento para ver el ambiente y cenar algo.










A este pub no le han cambiado a Barmacia...


Nos encontramos con una máquina de vending que tenía bolsitas de marihuana... junto a galletitas y chocolatinas.


DIA 6: SCALA DEI TURCHI – SCIACCA – SALINAS - MARSALA

Al día siguiente, de camino ya hacia Marsala, fuimos de nuevo a ver, ya de día, la misma playa para darnos un baño. 
Pero ya no fue posible subir de nuevo a ese escenario de escaleras blancas porque había unos guardas vigilando. Lo cierto es que, glups, la zona está en riesgo de erosión y es necesario preservar su aspecto original y no dejar que se deteriore por las actividades humanas. 

La erosión, en forma de viento y lluvias a través de los siglos ha esculpido los escalones que la caracterizan.  

No te debes perder en tu viaje a Sicilia, una visita a este mirador natural. Me pareció algo mágico... dicen que es una de las formaciones naturales más impresionantes de Italia y conocida mundialmente.










Paramos a comer en Sciacca, un lugar sin demasiado encanto pero con un enorme puerto donde fuimos a comer a un lugar de sicilianos y, aunque costó mucho entendernos con el camarero, al final resultó una velada gastronómica inmensa.




No paramos en Selinunte, uno de los enclaves arqueológicos más destacados del Mediterráneo. Del siglo VII aC. datan sus Templos Orientales, la Acrópolis, la Ciudad Antigua y el santuario de Malophoros, levantados junto al mar en una estampa única. Ya tuvimos suficiente con el Valle de los Templos. 

La idea era ir acercándonos a Marsala para parar en al menos dos bodegas para hacer algunas catas y comprar vino. El fallo fue que al ser domingo estaban todas cerradas menos una (Donnafugata), donde por los pelos pudimos probar un blanco y comprar 2 botellas. 

Marsala es una pequeña ciudad con una importante producción de vinos y que se abre poco a poco al turismoEl vino de Marsala, muy peculiar y de fama mundial, es extraordinario. Las viñas que allí se cultivan producen vinos blancos y tintos de un excepcional sabor y aroma; desde el siglo XIX estos vinos se exportan a todo el mundo. Existen numerosas bodegas donde degustar esta joya vinícola.




Marsala nos ofreció la oportunidad de degustar excelentes vinos y admirar algunos monumentos como su catedral barroca, la Plaza de la República o el Palacio VII de Abril. Es una ciudad mediterránea y moderna, muy colorida. Saqué pocas fotos... Nuestro B&B, Dimora di Charme Cassaro 168, super bien ubicado en la calle principal. (81 eur, doble con desayuno).

Pero, antes de pasear por sus calles del centro donde se asoman antiguos palacios nobles, monumentos e imponentes iglesias de estilo barroco, tras dejar las maletas, nada más llegar hicimos una actividad muy recomendada: ir a las Salinas de la laguna para ver la puesta de sol mientras tomas un vino en un escenario impresionante. Había muchos lugares con aparcamiento, llenos de gente haciendo lo mismo. Esto se repite a diario. Una gozada.





DIA 7: SALINAS + ERICE + TRAPANI 

En ruta ya hacia Trapani de nuevo pasamos por las Salinas para ver de día todo el espectacular entorno y visitar algún centro de producción para comprar sal. Al salir de Marsala, hay que tomar la SP21. 

Esta tranquila carretera, llamada Camino de la Sal, te lleva bordeando las salinas en un paisaje que es visita imprescindible de la región. 

Los molinos restaurados y las salinas son preciosos







Llegamos así a la vieja y tranquila Trápani, también famosa por sus salinas y porque fue la puerta de entrada de los invasores árabes. Tras dejar las maletas en nuestro B&B, Secret B&B (86 eur, doble con desayuno), fuimos directamente hasta Erice, un impresionante pueblo medieval encaramado en una peña que vive prácticamente del turismo. 

Hay un teleférico que comunica la ciudad de Trapani con la villa de Erice. El viaje ida y vuelta tarda unos 10 minutos y cuesta 9 €. Es la principal atracción de la ciudad. Para subir allí tienes dos opciones: A unos 30 min en coche o a 10 min en teleférico. No hace falta decir que la segunda opción te dará una gran vista. 

Este bonito pueblo en la cima de la montaña es famoso por su castillo colgado en el acantilado y sus bonitas calles empedradas. El panorama que se puede admirar desde arriba es uno de los más bonitos de Sicilia, con vistas de las salinas de Trapani y las paradisiacas islas Egadi.
















Caminando alrededor de esta fotogénica aldea, tendrás acceso a muchas vistas preciosas de Trapani y del mar. 

Calles empedradas y empinadas en un encantador pueblo medieval, ubicado en la cima del Monte San Giuliano con sugestivas calles y tiendas de artesanía local. 

Probamos otro vino blanco excepcional en un lugar que he de nombrar, “Bazar del Miele”, una vinoteca donde Antonnella nos atendió de lujo con muchos panecitos con diversas salsas y productos locales.


Ya en Trapani fuimos darnos un baño a la playa y después salimos a dar un paseo por su centro histórico, con calles típicas como Via Garibaldi o Corso Italia. Una mezcla soberbia de Románico, Barroco, influjos árabes, normandos y españoles animan las fachadas de las iglesias y cada rincón del tranquilo y precioso centro histórico de esta ciudad costera.












Por la noche, cambiamos a tinto (tenían una botella fresca!) y cenamos chuletillas de cordero de Nueva Zelanda. Ni color con las de los espectaculares lechazos que hay en España.


DIA 8: RESERVA NATURAL DEL ZINGARO - SCOPELLO

Antes de coger el coche, nos encontramos con una pescadería en Trapani... con un atún entero en la acera, dentro de una enorme urna con hielo picado.



Llegamos a la pequeña y preciosa aldea de Scopello. Un lugar tranquilo, fuera de ruta, muy siciliano, nos encantó. 

Nuestro B&B estaba situado como si fuese el mismísimo ayuntamiento, en el mismo centro de la plaza central, con una sola ventana que era la nuestra: Bed And Breakfast Maria (60 eur doble, con desayuno, baño privado fuera).




Scopello es el pueblo más cercano a uno de los sitios más espectaculares de Sicilia: la Reserva Natural del Zingaro.  Hay 2 entradas a la Reserva: Sur y Norte. La del sur es la más cercana a Scopello. No hay problema para aparcar, hay grandes estacionamientos. Una vez que hayas ingresado a la Reserva, no puedes perderte. Basta con seguir un camino de 7 km que bordea el mar y llega hasta la otra entrada. Se comienza con un túnel abandonado por obra paralizada por colectivos ecologistas en los años 80.

Me encanta el senderismo pero creo que nos equivocamos al iniciar a pie esta travesía costera porque fue una verdadera paliza bajo un fuerte sol y un calor de más de 30 grados. El sendero, con subidas y bajadas, tenía algunas zonas en muy mal estado. A pesar de llevar calzado adecuado, 14 km, que eran pocos para nosotros, se hicieron a veces algo complicados… y agotadores. El paisaje costero lo compensaba.













El paisaje es simplemente impresionante, la reserva tiene 7 pequeñas calas y playas de rocas o guijarros para nadar, a las que hay que bajar por caminos complicados y con mucha pendiente: realmente pienso que semejante esfuerzo te lo puedes ahorrar tomando una excursión en barco viendo las calas de cerca y bañándote en c/u de ellas.  El calor apretaba demasiado.

A lo largo del sendero también encontrarás muchos museos pequeños. El trayecto, necesariamente de ida y vuelta, de un extremo a otro de la Reserva Natural de Zingaro nos llevó unas 4 horas, sin contar la parada en una playa… que no nos pareció para tanto: como en muchas ocasiones, a veces pasa que algunas fotos espectaculares de playas y calas tomadas desde la distancia, superan visualmente con mucho lo que experimentas después en esas incómodas y diminutas calas de guijarros con fuertes caídas de profundidad a pocos metros de la orilla.



Aparte de las 2 entradas de la reserva, no hay servicios higiénicos, ni nada para comprar comida, así que ten cuidado, especialmente si planeas pasar el día allí. Recuerda traer tu bocadillo (que te prepararán en tiendas de Scopello, más barato que en el chiringuito que hay a la entrada de la Reserva) y mucha agua. Llevamos 3 litros pero no fue suficiente. Menos mal que al regreso, un agricultor local ofrecía a los senderistas agua y sandía. Pudimos hidratarnos antes de llegar al coche.




Tras regresar al B&B en Scopello, nos esperaba una grata sorpresa: Spiaggia dei Faraglioni, esta playa situada a  3 km nos transportó a otro universo gracias a sus llamados farallones —pequeños y altos peñascos rodeados de agua turquesa— que vigilaban la costa. 

Excelente lugar para terminar la tarde en esta playa privada cuyo único problema fue el pago abusivo de una entrada de 10 eur. Junto a la playa hay un hotel en una antigua Tonnara (“atunera”) que era un lugar donde se llevaba a cabo la “mattanza”, método antiguo tradicional y colectivo de pesca del atún rojo, hoy prácticamente extinto tanto por la reducción de atunes como por la acción de los barcos pesqueros, que interceptan los atunes mucho antes de que lleguen a las costas. 

Visitamos allí un museo sobre esa técnica y con fotos de lo que fue aquella “tonnara” hace décadas. 

En este sugestivo y mágico lugar se han rodado muchos anuncios y películas, como una de las escenas finales de Ocean's Twelve.











Completó el día una deliciosa cena en el mejor restaurante del tranquilo y coqueto Scopello: Nettuno. Ambiente siciliano, tranquilo, evocador y, en este caso además, sutil y elegante.


DIA 9: MONREALE + CEFALU

Siguiendo la carretera de la costa pasamos por la famosa Castellammare del Golfo, un antiguo pueblo de pescadores hoy convertido en un punto de interés turístico con una playa que no dice mucho. 

Arremolinado en un pequeño golfo y protegido por los montes colindantes, no nos gustó y apenas estuvimos 15 minutos
.

En ruta a Cefalú, tocaba parar en un lugar obligado al que muchos van desde Palermo (a solo 5 km) pero que preferimos visitarla en ruta, días más tarde, para tratar de diluir un posible empacho de catedrales. 

Ningún viajero debe perderse la catedral de Monreale, que tiene una cierta semejanza con la Capilla Palatina. Esta catedral, de las más extraordinarias de Europa, dicen que es el ejemplo más espectacular de arquitectura normanda en Sicilia. 

En verano, suele estar atestada de cruceristas pero tuvimos suerte. La catedral es una maravilla de la arquitectura, con muchísimos mosaicos y un espectacular claustro. 











Nuestra ruta continuaba por el norte hacia Cefalú, a solo 69 km de Palermo, uno de los enclaves más deliciosos de Sicilia y el que conserva más huella normanda. 

Si mezclas una de las playas más fotogénicas de Sicilia con un casco histórico medieval sacado de cuento, del resultado sale Cefalú, pequeña y coqueta, uno de los mejores rincones de Sicilia

Nuestro B&B fue excepcional, YEASY smart rooms Cefalù (91 eur, doble con desayuno en un hotel a 5 min) . Su simpático y entregado dueño, Federico, nos dio muy buenos consejos y nos proporcionó una plaza para aparcar gratis en la calle frente al alojamiento. Un crack.










Tras contemplar los edificios y las murallas tocando la arena de la coqueta playa, fuimos a comer los famosos boquerones en el casco antiguo de Celafú, de calles angostas y atravesado por el Corso Ruggero, con su centro neurálgico en la plaza del Duomo. Aquí se reúnen tres edificios imponentes: la Catedral normanda, el antiguo monasterio de Santa Caterina, que hoy aloja el Ayuntamiento de la ciudad; y el Palacio Episcopal, de estructura barroca. Ya teníamos un poco de sobredosis de arte. 

Por la tarde fuimos a la parte estrecha de la playa, buscando un hueco para poner la toalla y darnos un baño.

Soñolienta, playera y bizantina, en su centro histórico destaca su Duomo (Catedral) de inspiración árabe-normanda y declarado Patrimonio de la Humanidad. La Piazza del Duomo es un lugar para tomar algo (siempre te ponen un trozo de pizza gratis) rodeado de preciosos edificios, y los callejones medievales repletos de restaurantes y tiendas.

Creo que a esas alturas del viaje ya habíamos visto todo lo que nos interesaba de iglesias y catedrales. Suficiente.





















Si no fuera por los turistas caminando por las estrechas calles empedradas de Cefalú, te parecería estar en una ensoñación medieval. Las tiendas con detalles y tantas vinotecas es algo digno de ver y disfrutar.

Atestado de turistas en verano, Cefalú es la portada de la guía Lonely Planet de Sicilia y en ella se rodó la película Cinema Paradiso. 

Ver las casas alrededor de su catedral, con la ropa tendida y la Rocca al fondo es una imagen icónica de Sicilia con callejuelas de carácter medieval.  

Y es que la estampa del agua con las casas pastel de pescadores y la catedral al fondo en lo alto es una de las postales más bonitas que ver en Sicilia y dicen que de Italia. 


DIA 10:  TAORMINA

No paramos a ver el pequeño pueblo de Castelmola, a 5 km de Taormina. Muchos lo recomiendan, debe ser precioso, pero el largo trayecto desde Cefalú, por autopista aunque con muchos túneles en obras, me dejó algo cansado y, como en otras situaciones, al final hay que prescindir de lugares que son parecidos a otros en un mismo viaje. 

Priorizar no es sencillo a veces pero Taormina prometía. Y más, con poco turismo… es la ventaja de viajar en Junio a Sicilia.

Situada junto al mar, mítica y clásica, a 200m sobre el monte Tauros, ofrece una fantástica vista de la bahía de Naxos y del Etna, levantándose en un balcón que mira al mar Jónico. 

Su teatro griego, uno de los más célebres del mundo, tiene sobre todo la virtud del emplazamiento. 

Es majestuoso, como colgando del acantilado cayendo al mar,  y las vistas son brutales: desde allí se contempla el mar reposado  y las cumbres del volcán Etna, que sigue en activo.Nuestro alojamiento, Bed & Breakfast Duomo Di Taormina (81 eur, doble con desayuno)  estaba situado en un lugar inmejorable y a corta distancia de un enorme parking de 7 plantas a pocos metros de la “puerta norte” de esta pequeña ciudad donde comienza el Corso Umberto I, su arteria principal: una calle peatonal repleta de casas palaciegas, iglesias y mucho comercio. 1 km. de longitud en el que no hay tiempo para el aburrimiento y ofrece un paseo agradable con un enorme y magnífico mirador desde el que se avistaba, a uno y otro lado, la costa serpenteante y sus poblaciones.


En Taormina, alta y rocosa, con pequeñas bahías bañadas por el mar Jónico a sus pies, el casco antiguo de esta urbe medieval está repleto de sorpresas: la Catedral y sobre todo un teatro griego con vistas al Etna que de junio a agosto acoge el Taormina Arts Festival. El pequeño pueblo de Taormina es considerado una de las joyas más preciadas de Sicilia. Aprovechamos para pasear por su casco antiguo, ir a ver la playa de Isola Bella y, lo intentamos, finalizar el día en el teatro griego… pero cerró a las 19h y lo dejamos para el día siguiente.











El ambiente es como de lujo, con un rollo tipo Marbella. Y por la noche está aún más viva. Definitivamente le va el apodo de “la Saint Tropez de Sicilia”. Dicen que es, junto a Palermo, la ciudad más visitada de toda Sicilia, aunque Taormina es más chic. En verano es un hervidero de turistas y para acceder a esta población se montan largos atascos, de varias horas, solo para poder acceder a lugares como el teatro griego más famoso de toda la isla, el Teatro Greco. Se percibe riqueza, es muy diferente al resto de la isla.




Corso Umberto es la calle peatonal principal de la ciudad y donde se concentran todas las tiendas de artesanía, de ropa y restaurantes. A lo largo también puedes ver y visitar iglesias como la Chiesa di San Giuseppe o la Catedral de San Nicolás. Todo el recorrido es realmente muy elegante y está lleno de detalles que le dan un toque especial. 

En los extremos de la calle se encuentran las antiguas puertas de la ciudad: la Porta Messina y la Porta Catania; y a la mitad del recorrido te toparás con el Duomo di Taormina. 

Otro punto destacado de esta zona es la Terraza Panoramica de la Piazza IX Aprile, el mirador más espectacular de la ciudad. Además, allí se encuentran dos templos muy importantes: la Chiesa di San Giuseppe y la Chiesa di Sant’Agostino. 








Fuimos a ver Isola Bella, dicen que la mejor playa de Taormina. Para bajar a la zona marítima de la ciudad lo más sencillo es coger el teleférico (se puede hacer a pie o en autobús pero no sale a cuenta). Es una pequeña isla frente a una cala a la que se puede ir caminando por las rocas. 

Este islote, en el que vivió la sobrina de la reina Victoria de Inglaterra, está unido por un itsmo que queda mecido por una ensenada, no hay mucho sitio para toallas. 

Aunque el entorno era muy bonito, la playa no nos pareció para tanto y no llegamos ni a bajar (de guijarros, como muchas de Sicilia) porque estaba a tope de gente. Sacamos unas fotos desde arriba y comimos en uno de los cercanos restaurantes.





Preciosa, elegante y tranquila, Taormina tiene mucho ambiente por la noche y mi recomendación es salirte de la calle principal para tratar de buscar algún pequeño rincón perdido donde tomar algo o cenar. 





Cenamos en “La Grotta Azzurra”, especializada en pescados y mariscos, en un lugar atrapado entre calles y muy evocador.


Luego nos apuntamos a una fiesta improvisada en un callejón...





DIA 11: TAORMINA - CATANIA

Como no pudimos hacerlo el día anterior, por la mañana fuimos a visitar el Teatro Griego. Se trata de uno de los mejor conservados del mundo, con espectaculares vistas del Mediterráneo y el Etna a sus espaldas. 

La entrada cuesta 10 €. Exploré este espacio construido en el S. III aC. y tomé algunas de las fotografías más espectaculares de mi paso por Sicilia. La pena es que estaban preparando el montaje para el Taormina Arts Festival en el Teatro y las fotos quedan bastante deslucidas…














Ya en dirección a Catania, pasamos por el Etna, que es el volcán activo más grande de Europa. Decidimos no hacer la famosa excursión, muy a mi pesar. 
El calor iba a ser de nuevo sofocante (había incendios por la zona, con varios hidroaviones cargando agua en el mar) pero el volcán amaneció con mucha niebla causada por sus fumarolas y más que no ser recomendable, es que no íbamos a tener buena visibilidad bajo esa niebla y nube de humo en uno de los paisajes más agrestes y singulares de toda la isla. 
Hubiese sido una experiencia senderista impresionante. Un lugar único. Cada vez que ruge,  tiembla el sur de Italia. Desde él se puede ver toda Sicilia en días despejados.

El Volcán Etna tiene una altura de 3.342 m. y un perímetro de 135 km. La subida combina un primer tramo en carretera hasta los casi 2.000m. A esa cota, se toma un teleférico que asciende hasta los 2.500m y para rematar unos minibuses 4 X 4 suben hasta casi los 3.000m, donde es posible encontrar varios cráteres activos.

De Catania, segunda ciudad más importante de Sicilia, leí que era una ciudad un tanto oscura, sucia y decadente como buena parte del sur de Italia, pero no nos pareció para tanto.

Al contrario, algunas zonas me parecieron hasta elegantes. Mercados callejeros en calles estrechas o locales nocturnos para tomarse una buena copa son parte de la genética de esta ciudad, pero si nos vamos hacia el pasado, Catania está salpicada por la historia del Etna, ya que fue sepultada en el S. XVII dejando desolación y muerte a más de 20.000 personas.


Nuestro B&B, Re Carlo Rooms (58 eur, doble sin desayuno) estaba situado justo en el centro de la enorme Piazza Carlo Alberto, con mercado matutino de pescado, frutas y verduras. Costó dejar el coche cerca y llevar las maletas entre los puestos. La ubicación era, como siempre, excelente. Por la  tarde/noche, la plaza quedaba vacía.









Como llegamos algo pronto, al suspender la subida al Etna, tuvimos tiempo para ir a la playa.



Catania tiene un centro histórico peatonal muy bien cuidado, lo que le llevó en 2002 a ser incluida como Patrimonio de la Humanidad. Creo que merece la pena pasar al menos una noche en Catania.










No te puedes perder la Fontana dell'Elefante en la Piazza del Duomo (dicen que el elefante de lava sostiene un obelisco egipcio con poderes sobre el Etna) y La Pescheria, un mercado histórico donde el pescado se vocea en siciliano, heredero de los zocos islámicos con el bullicio característico.

El cruce de las calles Vittorio Emanuele II y Etnea puede ser tomado como referencia: a su alrededor se reúnen las atracciones principales de la ciudad y el bullicio de sus locales y restaurantes. Todo resultaba muy pintoresco.

La piazza del Duomo es el corazón de la ciudad. La organización de las ciudades de Sicilia es muy simple: todas tienen su propia "piazza del duomo" que concentra muchos monumentos. Esta plaza es el punto de partida de muchas preciosas calles pequeñas.












Tras cenar, nos fuimos pronto a casa por el madrugón que nos esperaba... y Catania, como a veces Palermo, nos recordaba inevitablemente a La Habana Vieja.


Dia 12: REGRESO A BILBAO

Amanecía y el mercado comenzaba a poner los primeros puestos. 

Levantarnos a las 5am para ir al aeropuerto de Catania, llenar el depósito de gasolina antes de devolver el coche de alquiler en el aeropuerto para enfilar a la terminal de EasyJet y volar a Nápoles nos puso a prueba. 

Sí, un final de viaje algo estresante para una aventura deliciosa, con de todo, y otra experiencia viajera más, esta vez en Europa, en unos lugares tan singulares y potentes como Nápoles y Sicilia, con tantos contrastes, y que me han dejado huella por un espectáculo "sensorial" muy difícil de olvidar.


Un viaje muy recomendable, con las reservas que he venido indicando en este post cuanto a logística, conducción y planificación si quieres que todo vaya sin problemas y para poder disfrutar de un territorio que se sale de los moldes italianos, con una oferta de atractivos tan variada que en pocos sitios de Europa podrás encontrar.

Me alegra seguir descubriendo nuevos rincones y culturas diferentes. 

Sicilia y Nápoles son destinos muy vibrantes que te aconsejo visites fuera del periodo estival para disfrutarlos con tranquilidad y sin hordas de turistas.



Puedes ver dos videos de este viaje;


... PENSANDO YA EN MI PRÓXIMO VIAJE A LÍBANO Y SIRIA.

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