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10 diciembre 2023

OPORTO (PORTUGAL) 2023 december

Es una urbe de contrastes, decadente pero moderna. Ha sido mi primera vez en Oporto y me ha gustado más el “Oporto profundo”, el de la gente local. 

A priori había muchísimas cosas para visitar, una verdadera locura. Pero fui mentalizado para separar el grano de la paja, al igual que pasa con muchas ciudades europeas. 

Me entusiasmó el Mercado de Bolhao, donde me sumé a una apoteósica degustación de vinos portugueses con presencia  de 8 bodegas.

Mucho turismo español, aunque algo menos de lo esperado al tratarse un puente festivo en España. Para escapadas cortas, aparte de visitar lo más destacado, y sin perder mucho el tiempo con lo accesorio, hay que tratar de ir a los sitios con encanto que frecuentan los lugareños para darse cuenta realmente de por qué ellos evitan pisar las áreas más turísticas (llenas de gente, más caras y con muy evidente peor calidad de gastronomía y vinos). 

Hablé con gente local (todos con una calma y gentileza únicas que no recordaba) que me dijo que la ciudad está cambiando mucho por el turismo: Oporto está de moda, más caro que la media en Portugal, en parte gracias a varias aerolíneas low-cost que les bombean turistas a precios razonables. Había colas en los restaurantes más comentados en redes sociales y en muchas de las iglesias y lugares más recomendados. En los meses de verano puede estar igual o peor.

He tratado de ser bastante selectivo aunque sin dejar de visitar muchos de “los imprescindibles”: hay muchísimos blogs, que son casi webs promocionales, donde dan muy abundante información y cuentan con mucho detalle todo lo que se puede hacer… aunque haya muchas cosas que se destacan que para mí no merecen demasiado la pena. 

La ciudad estaba plagada de “Free-tours” y los turistas, mapa o guía en mano, se afanaban por no dejarse nada por ver en sus recorridos planificados. Como anécdota, justamente ese afán por sobrecargar y amplificar los lugares de interés que un turista debe visitar en Oporto ha llevado incluso a la confirmación, por parte de la escritora de la saga de Harry Potter (J.K. Rowling) de que ni las escaleras ni las estanterías de la famosa librería Lello, en el corazón de Oporto, le inspiró para escribir sobre Harry Potter, lo que ha dejado un inesperado desaliento en Portugal, hasta ahora orgulloso de tener en Oporto un rincón de Hogwarts.

Hablar de Oporto es hablar del río Duero y de un casco histórico que la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad en 1.996. 

Oporto sorprende a cada paso y alberga muchos rincones que me provocaban una agradable sensación. 

Conocida como “la Ciudad de los (6) Puentes”, éstos pertenecen a épocas y estilos arquitectónicos diferentes. El más famoso e icónico es el Puente Don Luis I, proyectado por un ingeniero socio de Gustave Eiffel e inaugurado en 1886. 

Muy fotografiable, de día y de noche, era el punto medular de la ciudad, uniendo el barrio de Ribeira en la ciudad de Oporto con Vila Nova de Gaia, lugar que algunos consideran otro barrio de Oporto… cuando en realidad es otra ciudad diferente.

Dominando el río Duero, a tan solo 5 km de su desembocadura, Oporto (Porto en portugués) es una de las ciudades más antiguas de Europa.

Nació y se desarrolló durante la Edad Media y tras su carácter hospitalario aunque algo conservador, hay una ciudad contemporánea y creativa, lo que se pude ver en sus calles, en la arquitectura y en los monumentos, en los museos, en los espacios de ocio, en las terrazas al aire libre y en sus zonas comerciales. 
La pena fue que, cuando la visité, la ciudad estaba con su centro urbano patas arriba, por obras del Metro.

Con unos 300.000 habitantes y 1,6 mill. en su área metropolitana, es la segunda ciudad más importante de Portugal después de Lisboa aunque, a diferencia de ésta, me pareció una ciudad sin pretensiones, más introvertida y abiertamente comercial.  Cada año visitan Lisboa 4,5 mill. de turistas mientras que Oporto  recibe  1,6 mill.

 

 

Contrapunto extremo de mi reciente experiencia viajera por Iraq, debido a su conexión aérea low-cost directa desde Bilbao me pareció un destino cercano e interesante para una escapada, lo que ratifico ahora en gran medida debido a su atmósfera especial, a la tranquilidad de sus calles fuera de los circuitos turísticos y al magnífico paisaje que le confiere el contraste de las tranquilas aguas del Duero con las elevadas y viejas casas de su orilla. De postal.


Dividiré esta publicación en cuatro apartados:

1. INTRODUCCIÓN
2. BARRIOS DE OPORTO
3. GASTRONOMIA Y EL VINO DE OPORTO
4. MI RECORRIDO (4D / 3N)

Dejo un link al video de este viaje: OPORTO

1. INTRODUCCIÓN

Me habría gustado haber conocido Oporto antes del lifting de grandes inversiones que durante 10 años terminaron de lavar la cara de su casco histórico, y también con muchos menos turistas pululando, pero esto es el “mundo global”, amigos: ya lo he vivido recientemente en Croacia, Venecia, Cerdeña y muchos otros destinos europeos como Paris, Roma o Amsterdam que padecen "sobreturismo". 

Pero nunca es tarde si el destino lo merece: hay algunos lugares que, aunque se pongan de moda, no pierden del todo su esencia y sabor.

En Oporto la gente local es muy maja, dulce y  educada, se come y bebe muy bien sin arruinarte, es una ciudad manejable con muchas caras a descubrir, con un cierto aire entre británico y francés. 

Edificios neoclásicos y “art nouveau” de esos que ves en grandes capitales europeas, con comercios de toda la vida y sus escaparates originales o esos nostálgicos ultramarinos. Para mí ha sido perfecto, y en línea con ir peinando destinos tanto dentro como fuera de mi radar viajero inmediato. 
Oporto es una ciudad de aire melancólico y, sin embargo, alegre. Sobre todo la Ribeira,  con sus casas coloreadas bajo el precioso puente de hierro Dom Luis I, con enorme encanto, entre francés y atlántico, y que la noche convierte en mágico. Todo llama la atención.

El crecimiento de Oporto siempre estuvo ligado al mar y fue su propio puerto el que fomentó el desarrollo de la ciudad, de ahí su nombre: Porto, Puerto. Se encuentra a 140 km de la frontera con Galicia (España) y por su pujanza cultural, demográfica e industrial es considerada la Capital del Norte portugués, siendo la zona más industrializada del país luso.

Oporto me ha parecido, la verdad, muy interesante, en gran parte gracias a la vida que se respira en ella, con su centro rodeado de elegantes barrios y villas señoriales dispuestas junto a viejos callejones. 

Desde las orillas del Duero las vistas de la arquitectura de la ciudad son magníficas. Se conservan aún cientos de edificios estrechos y alargados con azulejos de colores llamativos en las proximidades del río. En la otra orilla se encuentra la ciudad de Vilanova de Gaia conocida por sus bodegas del afamado Vino de Oporto.

Con imágenes de una forma de vida pasada escondidas en cada callejón, Oporto es, con todo, un lugar decidido a conservar su propia e inconfundible identidad. El tiempo parece no haber tocado algunos de los escondidos rincones de Oporto, con muchas de sus tortuosas callejas repletas de zapateros y artesanos pareciendo formar una escena directamente sacada de un libro de historia medieval. 

Añade a esto un telón de fondo de balcones de hierro forjado llenos de flores, la colada diaria y un conjunto de azulejos blanquiazules y tienes la ciudad perfecta para deambular sin rumbo entre calles bajo el tupido enjambre de tejados que forra de rojo los relieves de esta bonita ciudad.

El aspecto de Oporto es el de una ciudad portuaria: casas antiguas, algunas muy coloridas al más puro estilo veneciano y de no mucha altura. Al estar asentado sobre las colinas de la ribera del Duero tiene unas calles bastante irregulares con muchas subidas (y bajadas).

Al contrario que en Lisboa, en Oporto los tranvías son ya algo testimonial. Solo quedan 3 líneas y ninguna de ellas es usada por los locales ya que tienen un fin principalmente turístico. De las 3 líneas, la más interesante quizás es la 22, que hace un recorrido circular por el centro de la ciudad.


2. BARRIOS DE OPORTO

El municipio de Oporto tiene 15 freguesías (distritos). Solo visité algunos. 

RIBEIRA 

Una de las panorámicas más típicas de Oporto. Es la parte más importante del centro histórico, que fue declarado Patrimonio Mundial. También una de las zonas más antiguas de la ciudad y una de las más bonitas: el paisaje sobre el río y los rabelos (tradicional barco de carga de madera que se usaba para transportar los barriles de vino y que hoy, más grandes, llevan personas y mercancías a lo largo del Duero) que cruzan las aguas son una estampa preciosa. 

También perderte por estrechas calles llenas de desniveles, casas coloridas y rincones que parecen salidos de dibujos animados. De origen medieval, la Plaza de la Ribeira es uno de los puntos de encuentro en Oporto.

En este barrio a la orilla del río es donde puedes explorar las calles del corazón histórico de la ciudad, donde los oscuros y sombríos caminos contrastan con las vivas y llamativas fachadas de muchos de los edificios. 

Ribeira es una zona pequeña pero llena de vida en la que muchos acaban casi todos los días al final de tus recorridos, para cenar o tomar algo en alguna terraza: es el escaparate de Oporto, un malecón para pasear, ver y ser visto.
El Muelle de la Ribeira (Cais da Ribeira), dominado por el Puente Dom Luis I, es quizás el lugar más pintoresco de Oporto. Sus vetustas casas, estrechas y altas, en cuyas ventanas cuelga ropa tendida, dominan el muelle. Aquí permanecen atracados algunos barcos antiguos que recuerdan el origen portuario de la ciudad. Los antiguos muelles y el barrio de la Ribeira, donde se descargaban y cargaban los vinos y otras mercancías llegadas de tierras lejanas, son ahora restaurantes, cafés y bares junto al Duero.


 

VITÓRIA

Hogar de algunos de los monumentos, edificios e iglesias más importantes de la ciudad, como la Torre dos Clérigos (y su iglesia), la igreja do Carmo o la librería Lello. 
También encontrarás la Rua das Flores, una de las calles con más vida de Oporto. 







SÉ 

Es el barrio de la Catedral,  situado en una colina. Esta zona es realmente especial porque en su zona más oeste, la que está más pegada a la Ribeira, hay infinidad de callejuelas que suben y bajan desde la catedral por la parte más medieval de la ciudad. 

Además de la Catedral, por aquí está la Estación de Sao Bento, la igreja de Sao Lourenço, los restos de la antigua muralla de la ciudad, la igreja de Santa Clara o el Teatro Nacional de Sao Joao. Mola el Miradouro da Rua das Aldas, de los mejores de Oporto. 




BOLHAO

Es el barrio en el que me alojé, alberga la avenida de los Aliados y el Ayuntamiento, el precioso Mercado de Bolhao la rua Santa Catarina con su famoso y sobrevalorado Café Majestic, su fotogénica tienda A Perola do Bolhao, la Capela das Almas, la igreja de Santo Ildefonso… 

Bolhao es una de las zonas más bulliciosas de la ciudad y a pesar de que no es de las más turísticas, siempre está llena de gente. Lo mejor, además de sus encantos, es que es bastante “llano”, por lo que  caminar por esta zona es mucho más ‘amables’ que en otros barrios como Ribeira, Sé o Vitória. 





VILA NOVA DE GAIA

Por su cercanía, siempre se habla de Vila Nova de Gaia como una zona o barrio de Oporto, pero no lo es. Gaia es una ciudad distinta a Oporto. Y es que desde el Cais de Gaia se obtiene una preciosa vista de la Ribeira y del Puente Dom Luis I. 

Es en esta zona donde se encuentran todas las bodegas de Vino de Oporto: Ferreria, Graham´s, CockBurn`s, Ramos Pinto, Porto Cruz, Calem, Sandeman… existen más de 50 bodegas en la zona en las que se ofrecen visitas y degustaciones. Además, el elevado Jardim do Morro es uno de los mejores lugares para ver el  atardecer…





3. GASTRONOMIA Y EL VINO DE OPORTO

Creo que en general puede estar algo sobrevalorada, Y ello porque si p.e. la comparamos con la española, con cierta objetividad y sin chovinismos, observaremos que pierde por goleada… No es posible ensalzarla tanto como se hace en muchas ocasiones. Algo cara de precio aunque asumo que fue por tratarse de Oporto.  

Lo que me pareció algo riquísimo eran unos pasteles llamados "de nata" pero que no son tal: en realidad se asemejan a un "pastel de arroz" español pero con un relleno más líquido y con sabor a canela. Deliciosos, es mejor comerlos recién hechos aún calientes.

Cuestan solo 1,4 eur y los hay por toda la ciudad, aunque mejor comprarlos directamente en unas tiendas llamadas "Fábrica de Pasteles de Nata" donde los hacen continuamente...


Destacaré algunos de los platos más típicos por si te pica la curiosidad:

No, no probé las Tripas… pero es posible que oigas hablar de ellas: Se cuenta que durante la preparación de la conquista de Ceuta en 1415, los ciudadanos de Oporto entregaron a los expedicionarios toda la carne disponible en la ciudad, quedándose solo con las tripas para sobrevivir. Desde entonces, los portuenses tienen el apodo de “tripeiros” y un plato tradicional son las Tripas al modo de Oporto, (con alubias blancas, jamón, chorizo, manitas de cerdo, tomate, cebolla, ajo). Dinamita?.

Otro plato típico de Oporto y muy popular en todo Portugal es el Bacalao a la Gómez de Sá (bacalao al horno, con patatas, cebolla, ajo, huevo cocido, aceite de oliva y pimienta blanca molida). En fin, un poco sin más. No lo probé, pero sí los buñuelos de bacalao con queso fundido, muy buenos.

Para quien prefiera la comida rápida, la famosa francesinha (foto) es originaria de Oporto y consiste en un sándwich de pan blanco relleno de diversos tipos de embutidos y carne, cubierto de queso gratinado y servido en una salsa picante. Supuestamente fue inventada por un cocinero emigrante que volvió de Francia, de ahí su nombre. La comí en un buen restaurante. De nuevo dinamita y poco nivel gastronómicamente hablando.

Pero muy pocos son los países que, siendo tan pequeños, pueden presumir de semejante variedad de vinos. 

Su situación geográfica aislada, teniendo como único vecino a España, ha contribuido a conservar las variedades autóctonas y no dejarse llevar, como muchos otros países, por la influencia de cepas francesas. 

En el caso de variedades tintas la uva estrella es la touriga nacional pero también son muy utilizadas la uva baga, castelão francês, ramisco y tinta roriz (tempranillo). En cuanto a vinos blancos, en los últimos tiempos Portugal se ha consolidado como un serio productor con variedades autóctonas como alvariño, arinto, loureiro,...

Aunque el país no es grande, Portugal es el sexto productor de vinos del mundo. Teniendo en cuenta que las diferentes regiones están sujetas a las más diversas influencias climáticas y geológicas, como resultado puede presumir de una gran y variada oferta de vinos blancos, tintos, rosados y espumosos

Existen 31 Denominaciones de Origen Protegidas y 14 Indicaciones Geográficas distribuidas por todo el país. Una gran diversidad de terrenos distintos que se delimitan geográficamente a partir de dos ríos importantes: el Duero y el Tajo.

Otra curiosidad es que la mitad sur del país luso posee la mayor concentración mundial de alcornoque: es el principal proveedor mundial de los tapones de corcho para botellas.

Dentro de los vinos del Norte de Portugal (entre la frontera española de Galicia y el río Duero), tenemos el Vinho Verde, Porto y Douro. El primero, Vinho Verde, es conocido por sus vinos blancos o tintos jóvenes, ligeros, frescos y secos, para mi gusto bastante mediocres.

Y otra cosa MUY distinta a todo lo anterior es el llamado “Vino de Oporto”, tan conocido en el mundo entero. Otra liga. Son vinos “fortificados” con gran intensidad aromática, presencia alcohólica y dulzura. 

Los vinos fortificados son aquellos a los que se les ha añadido alcohol vínico (brandy o aguardiente) para subirles la graduación por encima de 15º. Esta práctica se inició por los bodegueros a instancias de los comerciantes holandeses e ingleses en el S. XVII para evitar que durante el transporte por mar (con humedad y altas temperaturas) se estropeara y se convirtiera en vinagre. 

Así se detiene la fermentación, porque  los azúcares no consiguen fermentarse. Además, estos vinos, una vez abiertos,  pueden durar varios meses sin perder gusto y propiedades. Hoy en día la mayoría de los vinos de Jerez, Oporto y Madeira están fortificados.

Además debes saber que el “Vino de Oporto”... no está, oh sorpresa, producido en Oporto sino en la región vitivinícola del Alto Duero, aunque se exporta a todo el mundo desde las bodegas que se encuentran en la ciudad de Vila Nova de Gaia. 

Diré que aunque el Valle del Duero es por excelencia el origen del Vino de Oporto, la realidad es que en los últimos tiempos se están elaborando allí unos vinos tintos elegantes y refinados, y unos blancos secos y muy equilibrados que me encantaron...

Pero sí, el afamado “Vino de Oporto” es un ‘invento’ de los ingleses, que se pusieron manos a la obra con la producción de este vino a gran escala y la mayoría del escaparate de bodegas que existe hoy en día en la zona de Gaia es obra suya. En la actualidad, el aguardiente se añade no tanto para conservar el vino, como sucedía en la época, sino para detener el proceso de fermentación y hacer vinos más dulces (debido al azúcar que queda sin fermentar), más aromáticos y también más fuertes. 


4. MI RECORRIDO (4D / 3N)

Es lógico. No puedes hacer las mismas actividades en Oporto en verano que en invierno. Tampoco es lo mismo visitarlo en 4D/3N (para mí más que suficiente) que ir 1 semana o más para ver no solo Oporto sino lo más interesante que hay a su alrededor (como el Valle del Douro, Aveiro, Braga. Guimaraes o incluso Coimbra, que visité en 1.987). Dicen que el paisaje del río Duero se disfruta por carretera, en tren y, sobre todo, navegando.

DÍA 1

DÍA 2

DÍA 3

DÍA 4

Llegada 18h

 ZONA DE BOLHAO

 ZONA CAIS DE RIBEIRA

·         Estación de Sao Bento

·         Iglesia de Santa Clara

·         Murallas de Oporto

·         Catedral

·         Miradouro da Rua das Aldas

·         Rua das Aldas y Largo da Pena Ventosa

·         Iglesia de San Lorenzo

·         Rua das Flores

·         Iglesia de São Francisco

·         Palacio da Bolsa

·         Cais de Ribeira

·         Crucero de los Seis Puentes

·         Ponte Dom Luis I por abajo

·         Cais de Gaia

·         VISITA A BODEGA

·         Half Rabbit de Bordalo

·         Pubs de Rua Conceicao

 

 

·         Plaza de la Libertad y Avenida de los Aliados

·         Iglesia de la Santísima Trinidad

·         Capela das Almas

·         Mercado do Bolhao

·         Rua Santa Catarina

·         Igreja de Santo Ildefonso

·         Igreja de Santo António dos Congregados

·         Iglesia y Torre de los Clérigos

·         Librería Lello (Harry Potter)

·         Igreja do Carmo

·         Igreja dos Carmelitas

·         Ponte Dom Luis I por arriba

·         Teleférico

·         Cais de Gaia

·         Mercado de Bolhao

·         Pubs de Rua Conceicao

·         Matosinhos

 

ZONA DE BOLHAO

 

Salida 21h


Puntos donde estuve (el software de Picasa te marca los lugares donde sacaste alguna foto).




Indicaré también los kilómetros andados cada día. Es una ciudad para "patear"... con zapato cómodo y que no resbale por las callejuelas si ha llovido... Salvo algún caso concreto o por estar ya muy cansado por la noche, no es necesario tomar un taxi.

Con Google Maps (o Maps.me) todo es muy sencillo, más aún si has marcado antes en tus "favoritos" los lugares que te interesa visitar.

Día 1 (6 km)

Llegué de noche al apartamento (Bolhao Residences, 125 eur/noche) reservado con Booking.com en pleno corazón del Barrio de Bolhao, excelente y super-recomendable ubicación. La oferta incluía taxi gratis desde el aeropuerto, que hubiesen sido 18 eur (20 min.).
Esa noche solo me dio tiempo a una primera toma de contacto y fotografiar algunas estampas de la noche en la ciudad.







Cené en O Carniceiro, un agradable y curioso restaurante-pub a pocos metros de mi alojamiento, con un chef argentino. Había una exposición... con una cama llena de billetes.




Día 2 (15 km)

Había que “organizarse”. Salí rumbo a la primera parada programada para recorrer Oporto sin ser demasiado exhaustivo pero haciéndolo al menos en un orden lógico, para tratar de no caminar como pollo sin cabeza o pasar por los mismos sitios varias veces, algo casi inevitable. 
En dos días enteros ves casi todo... salvo que te condicione el querer esperar muchas colas en ciertos lugares. 

Sin prisa pero sin pausa, haciendo paraditas para tomar algo y descansar, todo resultó muy entretenido... con algunas cosas menos interesantes de lo esperado y al revés. Un clásico.
Mucha gente por las calles, aunque sin agobios. Muchos free-tours. Muchas colas para entrar a las iglesias, palacios,... Muchos españoles, algo exagerado.

El haber reservado a las 16,30h irremediablemente una visita y degustación en una bodega de Vino de Oporto (Cockburn’s) en Gaia, condicionó la ruta de este día.

1. Estación de Sao Bento
Terminaron de construirla en 1903 y fue inaugurada en 1916. En su interior hay un precioso vestíbulo lleno de murales con más de 20.000 azulejos azul y blanco que representan escenas de algunas hazañas importantes de Portugal.








2. Igreja de Santo Ildefonso
Además de dos torres con campanarios que parecen gemelas, su fachada está llena de esos azulejos azules y blancos tan característicos de la ciudad. Terminaron de construirla a principios del S. XVIII y en su interior, que necesita bastante restauración, se mezclan estilos barroco, rococó y neoclásico. Visitar la Iglesia por dentro cuesta 1 euro, pero lo mejor de esta Iglesia está en el exterior.





3. Muralla Fernandina
Es como se conoce a los tramos de muralla medieval (S, XIV) que todavía quedan en pie. Hay varios lugares en los que se puede observar esta obra de piedra, pero en esta zona se encuentra una de las secciones mejor conservadas.


4. Ya de camino hacia la Catedral, me encontré con otro vestigio del pasado amurallado de la ciudad: la Muralla Primitiva. Y es que Porto ha tenido dos murallas: la Fernandina, más moderna y que abarcaba un terreno mucho más amplio, y la Primitiva, mucho más antigua y con un cerco mucho más pequeño. Esta muralla es de la época de los romanos y data del S. III. Su principal función era proteger la Catedral.



5. Sé do Porto
Presidiendo una enorme colina y rodeada de estrechas y encantadoras callejuelas, se levanta imponente la Catedral de Oporto, construida en el S. XII con estilo románico y reformada posteriormente en el S. XVIII en estilo barroco. Tiene dos enormes torres que se ven desde prácticamente toda la ciudad. Si quieres visitar la Catedral por dentro, el museo, la torre y los claustros tendrás que pagar 3 euros. Mucha cola, no entré. Lo mejor de la Catedral, además de su interior y el mirador de una de sus torres, son las vistas de la ciudad que se obtienen desde la Plaza que hay justo delante.







6. Miradouro da Rua das Aldas. 
Comencé el descenso a la zona más baja de la ciudad haciendo una parada en este mirador imprescindible con vistas del río con la imponente Iglesia de los Grilos en primer plano y de toda la ciudad… 



7. Rua das Aldas y Largo da Pena Ventosa
Una de las zonas más auténticas, llena de estrechas callejuelas, rincones escondidos y escenas de la vida cotidiana: la Rua das Aldas y el largo da Pena Ventosa. Este laberinto de estrechas calles de piedra, puertas de colores y ropa tendida es un rincón precioso por el que hay que perderse.








8. Iglesia de San Lorenzo
Conocida como Igreja o Convento dos Grilos. A diferencia de la mayoría de Iglesias de Oporto, que suelen destacar por su naturaleza barroca y recargada, la de San Lorenzo es bastante más austera. Más bonita por fuera que por dentro. Visitar la Iglesia es gratis, pero la entrada al museo cuesta 3 euros


9. Rua das Flores
Dejando atrás el laberinto de calles que rodea la Sé, fui hacia la Rua das Flores, una calle con cierto encanto, llena de tiendas (nuevas y viejas), cafés y fachadas con flores, y al final de la calle se encuentra la Iglesia de la Misericordia, que también alberga un museo. En esta concurrida calle peatonal hay músicos callejeros que amenizan el paseo. Si te gusta ir de tiendas… este es tu sitio.

 






10. Plaza del Infante D. Enrique
Aquí algunas cosas para ver, aunque sea por fuera.







Iglesia de San Nicolau
Un bonita fachada para una antigua iglesia medieval que tuvo que ser reconstruida tras un incendio en 1758, por lo que presenta una mezcla de estilos clásico y barroco.

 

Iglesia de San Francisco
Dicen que es una de las muestras más impresionantes del barroco portugués. Por fuera parece una Iglesia más. Apodada como la “Iglesia de Oro”, fue construida en el S. XIV en lugar de un modesto templo perteneciente a la orden de los franciscanos que se había establecido en la ciudad en 1223. La entrada es de pago (8 euros) y te da acceso no solo a la Iglesia, también al museo y a unas catacumbas que, por fotos, parecían un decorado.





Palacio da Bolsa

De estilo neoclásico, este edificio empezó a ser construido en 1842 y refleja la prosperidad económica de la ciudad en esa época. Leí que en su interior hay majestuosos salones, murales, mosaicos y obras de arte. 

Solo se puede visitar el edificio haciendo una visita guiada, que comienza cada media hora y que se hace en varios idiomas, incluido el español. Tampoco entré: mucha cola. A pesar de que no es una visita barata (12 eur) dicen que vale la pena,, sobre todo por su sala árabe.


11. Cais de Ribeira
A la hora del vermouth,  nada mejor que sentarse en una terraza junto al muro elevado en el Muelle de Ribeira.
Casitas antiguas de colores, un bonito paseo a la orilla del río Duero, un montón de gente yendo y viniendo, turistas haciendo miles de fotos, bares, restaurantes y tascas, músicos callejeros, barcos y rabelos pasando de un lado a otro…  












12. Crucero de los Seis Puentes
Los puentes se encargan de unir Oporto con Vila Nova de Gaia. Mucha gente para sacar los tickets en el Muelle. Conseguí turno para las 13,30h. 18 euros y 50 minutos. Es la opción más popular y económica. Los barcos estaban llenos de gente (salían completos). Bonito, la verdad.

Pero hay otras opciones para hacer el famoso crucero de los seis puentes: con o sin comida, con o sin bebidas a bordo, barcos grandes, más pequeños, con cubiertas más amplias y más reducidas, paseos más largos y más cortos… y hay precios desde 18 hasta más de 50 eur.








 
13. Cruzar el Puente Dom Luis I por abajo
Una vez terminado el crucero, crucé el río hasta Cais de Gaia por la parte de abajo del precioso Puente Dom Luis I. Puente de acero construido en 1886 por un discípulo de Gustave Eiffel, en arco de dos pisos: es uno de los lugares más fotografiados de Oporto. Ambos “pisos” pueden cruzarse andando, por el de abajo los peatones comparten espacio con los coches y por el de arriba con la línea amarilla de metro que conecta Oporto con Vila Nova de Gaia.




14. Cais de Gaia
Es una de las zonas con más ambiente de Oporto (aunque pertenezca a otra ciudad: Vila Nova de Gaia). Lo mejor es pasear sin rumbo, callejear y tomar las mejores fotos de la Ribeira, justo en frente. Puedes tomar algo en alguno de los innumerables bares y restaurantes. En Gaia es además donde están la mayoría de las históricas bodegas de Vino de Oporto.






Destacaré dos lugares muy curiosos que me encantaron:

The Fantastic World of the Portuguese Sardine. 
Una tienda increíble de dos pisos, que vale la pena visitar aunque, como yo, no compres nada. Un espectáculo visual rodeado de paredes de latas de sardinas en diseños preciosos. Comur, una fábrica en el norte de Portugal de más de 80 años, fue la base para la creación de esta marca cuando en 2016 abrió su primera tienda bajo la enseña “Mundo Fantástico da Sardinha Portuguesa”, hoy ya con 21 tiendas en Portugal. En agosto 2023 acaban de abrir su primera tienda en el extranjero, en Times Square NYC.








Casa Portuguesa do Pastel do Bacalhau
Para mí, otro sitio obligado en Gaia. Una especie de “biblioteca” donde degustar un Oporto blanco con una suculenta tapa. Te regalan el vaso de cristal. Se trata de una experiencia que se acompaña con el sonido de un órgano de tubos del S. XIX y una voz soprano en directo, con el sabor de un “Buñuelo de Bacalao” con queso Sierra de la Estrella DOP maridado de diez!. Un exclusivo homenaje a la tierra y al mar.  Leerás que algunos dicen que es caro bla bla bla. El lugar es extraordinario y los 10 eur valen totalmente la pena.






  
15. Mercado Municipal da Beira-Río
Este mercado cubierto está lleno de bares y restaurantes (te sientas en alguna de las mesas que hay dentro o, mejor, fuera por la parte de atrás). Me encantó el lugar, perfecto para picar algo y hacer una degustación de cervezas. 








16. VISITA  A LA BODEGA COCKBURN’S
Reservé por internet. Algunas bodegas estaban ya completas por la avalancha de turistas españoles esos días y finalmente me decidí por una de las bodegas más grandes de Gaia y perteneciente al grupo Graham’s

Durante 1,5 h, conocí cómo la bodega Cockburn’s ha evolucionado desde su fundación en 1815, centrándose en el envejecimiento de sus vinos y adaptando sus bodegas de principios del S. XIX a la producción moderna. Nos contaron todos los detalles del proceso de elaboración de esta preciada bebida, conociendo las peculiaridades del Vino de Oporto. Lo cierto es que salí entusiasmado porque mis expectativas con el Vino de Oporto no eran muy altas y me di cuenta de que es todo “un mundo” y  de que hay de todo (normales, buenos y muy buenos): los muy buenos, aparte de caros, son realmente espectaculares. Delicadamente afrutados, con notas de vainilla y miel,… algo sensacional. Disfruté. Otro mundo.

 

 

 



Al finalizar la visita por la (enorme) bodega, hubo una degustación en la que probé tres caldos. Todo por 27 euros.

Cockburn’s Fine acompañado de chocolate blanco y fruta de la pasión.
Cockburn’s 10 Years Old, con chocolate con yuzu y canela.
Quinta dos Canais Vintage con chocolate de frambuesa.



17. Half Rabbit de Bordalo
Antes de abandonar la zona de Gaia, no dejes de visitar esta curiosa escultura callejera. 



18. Callejeo por Gaia

Pasear por los muelles y las calles de Gaia me encantó...

 







Y ya por la noche fui en taxi a una zona de pubs y restaurantes por Rua Conceicao. En el restaurante Casa Guedes probé por fin la famosa Francesinha… sin más. De camino al apartamento pasé por el Ayuntamiento, donde había protestas contra la masacre en Gaza.




 


Día 3 (16 km)

Mi segundo día completo en Oporto iba a resultar igual de interesante que el anterior.

1. Plaza de la Libertad y Avenida de los Aliados
Empecé donde lo dejé la noche anterior: la Plaza de la Libertad y la Avenida de los Aliados, rodeada de edificios de mármol y granito. Es la plaza más importante de Oporto y donde se celebran todos los acontecimientos importantes de la ciudad. 





Además de una estatua ecuestre del rey Dom Pedro IV y una curiosa fuente, en esta Plaza hay algunos puntos de interés:

Ayuntamiento de Oporto. Es un precioso edificio de granito presidido por una gran torre. La verdad es que no sorprende que tardaran 37 años en construirlo, es realmente imponente.

McDonald’s. En la zona sur de la Plaza se encuentra el que dicen que es el restaurante más bonito de esta  cadena de comida rápida, y es que está ubicado dentro del antiguo Café Imperial.





2. Iglesia de la Santísima Trinidad
Justo detrás del Ayuntamiento están la Praça da Trindade y la Iglesia del mismo nombre, construida en el S. XIX.  





3. Capela das Almas
En su fachada lateral, el enorme mural de azulejos refleja escenas de las vidas de algunos santos y en el interior encontrarás una pequeña capilla que impresiona si la comparas con el tamaño de su fachada exterior.





4. Mercado do Bolhao

Inaugurado en 1914 y además de los típicos puestos de carnes, pescados o especias, también se pueden comprar flores o artesanías y cerámicas. 
Arquitectura en dos pisos y  diseño antiguo. 

Este lugar bullicioso y nostálgico tiene magia, es alegre y vibrante, con muchas tascas e infinidad de puestos.

Lo cierto es que este sitio me encantó. Muy recomendable. 

Te pides un vino (bien servido, en copa de cristal grande), y te dejan que te la lleves mientras recorres todo el mercado cubierto. Muchos puestos de marisco, quesos, chocolates, frutas, carnes, todo muy fresco y bien presentado.




 

 


 



Volví por la tarde/noche a una (gloriosa) degustación de vinos.
 
5. Rua Santa Catarina
Es la calle de tiendas por excelencia en Oporto: siempre hay ambiente y está llena de gente. 



Hay algunas cosas a destacar:

A Perola do Bolhao, precioso ultramarinos con una fachada art noveau, lleva abierto desde 1917 y vende queso, embutido y encurtidos portugueses. Pero hay muchos más...






Café Majestic. Este es uno de los cafés clásicos de la ciudad.

Y también uno de los más caros, con una imponente fachada de mármol de 1916, escenario de la alegre vida de los años 20, con una elegante decoración art nouveau. 

Fue lugar de reunión de políticos, escritores y artistas. Por su situación en medio de la ciudad, en la calle más comercial, el Majestic era un punto de encuentro y tertulias diarias. 

Tras más de 15 años de abandono, fue declarado Patrimonio Cultural en 1983, y en 1994 reabrió sus puertas. 

Excesivamente caro (un café 7 euros), es para verlo por fuera. Las mesas muy juntas, la gente muy junta,…y suele haber cola para entrar. Prescindible más allá de unas fotos por fuera.



6. Iglesia de Santo António dos Congregados
Tiene una fachada preciosa y le pasa un poco lo mismo que a la de Santo Ildefonso: lo mejor es su fachada y si no fuera por la cruz de piedra que tiene en la parte superior no parecería una Iglesia. También es de principios del S. XVIII y es gratis visitarla. Estaba rodeada de obras, como todo el centro de Oporto, por el Metro.



7. Iglesia y Torre de los Clérigos
Continuando hacia la Plaza de la Libertad me encontré de frente la Rua dos Clérigos, una cuesta bastante pronunciada. Esta Iglesia y su Torre son emblemáticas. La Torre de los Clérigos es la Torre más alta de Oporto. De hecho, existe una ley en la ciudad que no permite construir edificios más altos de 75m, que es lo que mide la Torre, para evitar quitarle protagonismo. Si decides subir a lo más alto, 240 escalones después tendrás la mejor vista de la ciudad. Visitar la Iglesia, construida en el S. XVIII, es gratis pero si quieres subir a la Torre y visitar el museo tendrás que pagar 6 euros. Había muchísima cola y no entré.








8. Igreja do Carmo
Es la de la derecha. Cruzando la Plaza Gomes Teixeira (conocida como la Plaza de los Leones) y la Fuente de los Leones, llegas a una de las Iglesias más famosas de Oporto, probablemente porque su fachada lateral tiene uno de los murales de azulejo más grandes y bonitos de la ciudad. Se construyó en el S. XVIII y dicen que es uno de los grandes ejemplos del estilo rococó en Oporto. La entrada para visitar la Iglesia, las catacumbas, la casa escondida que separa esta Iglesia de la de al lado y el pequeño museo cuesta 3,5 euros. No entré.









9. Igreja dos Carmelitas
Casi junta a la anterior, parece la misma pero no lo es. Está separada por una casa que mide solo un metro de ancho (de hecho es la casa más estrecha de Portugal y la segunda de Europa). Esta casa en la que actualmente no vive nadie servía de separación entre las monjas carmelitas y los monjes del Carmo. Y es que antiguamente el Vaticano no permitía que hubiera dos Iglesias “pegadas”. 

Fue construida en el S. XVII, más de 100 años antes que su vecina y con una fachada mucho más sencilla y austera. Visitarla es gratis.







10. Librería Lello
Librería neogótica de 1906 y uno de los lugares más famosos de la ciudad… sobre todo para fans de Harry Potter. Fue inaudito ver las largas colas que había para entrar. Parecía EuroDisney. Se dice que J.K. Rowling, la autora de los libros, que vivió en Oporto entre 1991 y 1993, se inspiró en ella para crear las escaleras cambiantes de Hogwarts. 

Pero ella misma confirmo en su perfil de Twitter que ni había estado en la librería ni sabía de su existencia. Hace años entrar era completamente gratuito, pero se ha hecho tan famosa que han tenido que ponerle una entrada de pago porque con tanto turista era imposible que ejerciera su actividad de venta de libros. 

Actualmente la entrada cuesta 5 euros (que te descuentan de la cuenta si quieres comprar un libro) y se compra en la esquina antes de llegar. Leí que la gente va a primera hora (9h) para evitar las colas. 




11. Cruzar el Puente de Dom Luis I por la parte de arriba.
Todo un espectáculo ver Oporto y Gaia desde lo más alto. Daba algo de impresión por la altura...







12. Teleférico de Gaia
Al final del puente Dom Luis I, tomé el teleférico para salvar el desnivel entre la zona más alta el Cais de Gaia. El billete costaba 10 eur ida y vuelta.






Volví a comer en el Mercado de Beira-Rio, un buen plan: calidad y buen precio, degustación de cervezas incluida.


13. Jardim do Morro
Al regresar en el teleférico, tienes al lado uno de los parques con mejores vistas panorámicas de Oporto: el Duero a tus pies y encima las preciosas fachadas en tonos pastel de la Ribeira.




Tomé el Metro… para ir hasta la parada de la estación “Mercado de Bolhao”… porque aunque ya había cerrado al público, en su primer piso se estaba celebrando una degustación de vinos de 7-8 bodegas portuguesas. 

Solo lo hacen 2 veces al año. Me sorprendió no ver apenas turistas. Casi todos eran portugueses.









Nada de Vino de Oporto. Eran vinos portugueses de varias denominaciones de origen. La degustación costaba 10 eur y te deban un vaso de cristal. Ibas pasando por los “stands” y te iban sirviendo. Poco, claro, aunque no siempre. Probé más de 20 vimos diferentes. Menos mal que también había bocadillos de jamón allí mismo. Memorable, disfruté hablando con los bodegueros y los comerciales de las bodegas. Mucho nivel.

 

 

 

Terminé la noche recorriendo de nuevo la parte más auténtica de la noche de Oporto, por pubs de la zona de la Rua de Conceicao. Buen ambiente, música y solo portugueses…




Día 4 (12 km)

Amaneció lloviendo. Era domingo. Había que darse un homenaje para compensar. 
Cogí un autobús municipal (nº 502) para ir hasta el pueblo de Matosinhos y comprobar si la buena fama de sus marisquerías se correspondía con la realidad. 

Lo cierto es que en Oporto apenas vi marisquerías al uso, y la gente local acude tanto a Foz como a Matosinhos, pueblos de costa a solo 5 y 8 km de Oporto, con enormes playas, que se han ido llenando de segundas viviendas de lujo.




Me llamó la atención una escultura de 2005 que había sobre la arena de la playa. Se llama Tragedia no Mar:
El 2 de diciembre de 1947, debido a una gran tormenta, ocurrió la que fue considerada la mayor tragedia marítima en la costa portuguesa en ese momento. Cuatro arrastreros se hundieron frente a Matosinhos, provocando la muerte de 152 pescadores. 

Algunos cuerpos fueron arrastrados a la orilla y sólo sobrevivieron 6 hombres. La tragedia afectó a cientos de humildes casas de pescadores, dejando 71 viudas y 152 huérfanos.
Estas esculturas de tamaño natural simbolizan, en los gestos de las figuras de mujeres y niños, el dolor, la aflicción y los gritos de desesperación ante aquella tragedia.


Y sí, me resultó sorprendente la cantidad de marisquerías que había en Matosinhos, donde incluso había señalizados un par de aparcamientos disuasorios como “Parking Marisquerías”.

Bueno, no seré demasiado cruel pero he de decir que, viendo el género que se exponía en las terrazas y escaparates de los restaurantes (pude ver más de 25, todas por la misma zona de calles), y viendo cómo hacían los pescados a la brasa en la misma calle y cómo los servían… finalmente no comí pescado (había sobre todo lubinas, doradas y rubieles) porque lo machacaban. 

Donde finalmente comí (Dom Peixe, uno de los mejores de Matosinhos), confirmé cómo los servían: muy pasados y secos.

En cuanto al marisco, me quisieron colar unos percebes delgados y diminutos que estaban casi congelados. Pedí langostinos y –partidos transversalmente- estaban demasiado hechos, a pesar de mi advertencia previa. El centollo y el buey muy caros para la calidad esperada en estas fechas. Nada del otro mundo. 

Pero en fin, la experiencia valió la pena. El vino blanco estuvo sensacional y a precio contenido.

 



Tuve que hacer tiempo hasta coger el taxi al aeropuerto y me despedí de Oporto con buenas vibraciones.

Aunque Europa no es ni de lejos mi continente favorito para viajar, aún me queda mucho por conocer y Oporto es uno de los sitios que no quería perderme.

En enero 2024 visitaré de nuevo Lisboa, donde haré una escala con noche incluida, para seguir hasta Mexico donde pasaré 2 semanas por la zona de Yucatán, que ya visité en 2005. Toca descansar.

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