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20 junio 2023

SARDINIA (ITALY) 2023 june

La Maddalena
Con 1.850 km de abrupta costa, Cerdeña es una isla italiana de naturaleza salvaje, muy verde y montañosa, con más de 300 calas y playas y con espectaculares rincones vírgenes. 

Pegada a la isla francesa de Córcega, Cerdeña es la segunda mayor isla del Mediterráneo (tras Sicilia). Es un destino potente y un lugar impresionante. Más conocida como destino de playa en verano, es posible descubrir una Cerdeña diferente… y para mí más interesante. 

Con rocas graníticas, maravillas geológicas, vertiginosos valles, grandes bosques y más de 7.000 nuraghi (torres de piedra de más de 3.000 años), me encontré con un paisaje extraordinario.

Posada
Un road-trip de 10 días por la mitad norte de la isla en coche de alquiler. 800 km recorridos y 7 alojamientos diferentes, me han desmontado la imagen de Cerdeña en la que las calas de ensueño son su única o mejor propuesta. Por suerte hay mucho más. Pero hay que filtrar mucho: muy diversa en paisajes, Cerdeña es casi 7 veces la ya inmensa isla mediterránea de Mallorca. Conviene no pasar esto por alto. 

Golfo di Orosei
No esperaba que fuese un destino barato, y es que -mal que nos pese- tras la pandemia todo ha cambiado y se ha encarecido. Y en Cerdeña, como en España, se nota. 

Es más caro que p.e. Sicilia… aunque en ésta también, si te sales del “street food”, tampoco es barata ni en gastronomía ni en vinos. El reimpulso del turismo y la elevada inflación europea lo explican en gran parte. Y dicen que en temporada alta los precios suben aún más. Pero no es un turismo de excesos, quizás justamente porque los precios disuaden al dañino perfil del turismo low-cost.

Golfo di Orosei
En Junio he visto poco turismo (lo que ha contribuido a poder disfrutar de una Cerdeña “diferente”) y muchos allí me decían que en Julio y Agosto es una auténtica locura: mucha gente (italianos de vacaciones), más tráfico, restaurantes y terrazas a tope.... Y también mucho más calor. 

Definitivamente, primeros de junio y de septiembre son las mejores épocas para visitar Cerdeña, cuando climatología y precios acompañan. La experiencia viajera puede cambiar por completo cuando hablamos de una isla con tanta naturaleza y encanto…

Bosa
La potente cultura sarda y sus peculiaridades y paisajísticas le dan un atractivo muy especial.
Foodies y wine lovers disfrutarán mucho.

El interés turístico está muy centrado en gran medida en su costa, una de las más impresionantes de Italia: si en la costa oeste, el mar embravecido choca contra una Costa Verde indómita y virgen, en el noreste están las preciosas bahías de la Costa Esmeralda y, mejor, en el este tienes el Golfo di Orosei rodeado de una cortina de granito de acantilados y calas aisladas e idílicas, con muchas cuevas a ras del agua. 

Puerto de Stintino
Créeme: aunque Cerdeña evoque a destino exótico y exclusivo, a la vez resulta cercano, diverso, acogedor y único, lo que me ha demostrado que es un gran destino para todo tipo de viajeros. 
Acerté cruzando en ferry desde Palau al Archipiélago de La Maddalena, donde pasé 3D/2N buscando tranquilidad, naturaleza y ambiente local. Muy recomendable para desconectar aún más.

Las aguas suelen estar tranquilas y la temperatura es muy agradable durante la mayor parte del año, por lo que el baño de calidad está casi siempre garantizado pese a la ausencia de arena en muchas de sus calas (de roca o piedras). 

Pero sí, Cerdeña es mucho más que playas y calas de postal. De hecho, lo sospechaba y ahora puedo confirmar, en mi opinión, lo sorprendente de que se promocione más un turismo de sol y playa por encima de otros innumerables atractivos, como muchos pueblos con encanto y “esencia” local, la gastronomía, los vinos sardos, los espectaculares paisajes, el trekking. El carácter local. 

La Pelosa, cerca de Stintino
Alghero
Recuerdo mi confusión inicial cuando comencé a investigar sobre Cerdeña: hay muchas webs, muchos blogs, con muchísima información pero, lo siento, muchos son verdaderos publirreportajes, con demasiada publicidad de agencias de excursiones, visitas guiadas, alojamientos y rent-a-cars. 

Con una costa escarpada y de paisajes sublimes, el argumento “calas” puede que esté algo sobrevalorado. Si has viajado a otros lugares del Mediterráneo en los que sus playas son igual o más espectaculares, como p.e. Menorca o Formentera, lo entenderás.

En ferry al Archipiélago de La Maddalena
Las fotos aéreas o frontales de muchas calas tentadoras, con ese agua policromática y a menudo innecesariamente “photoshopeada”, pierden parte de su encanto y atractivo cuando, ya en su orilla, te las encuentras pequeñas y de roca. 

Es cuando te preguntas entonces si ha merecido la pena una larga caminata (a veces de 45 min) para llegar hasta un lugar tan aislado y a veces con un grado de dificultad en absoluto “fácil” como se anuncia, lo que resulta claramente limitante para muchas personas. Y aun así, verás mucha gente...

Afortunadamente me he traído otra imagen de Cerdeña más allá de “en busca de la cala perdida”. Los entresijos y rincones perdidos son muy frecuentes en diferentes puntos de esta increíble isla. Es un destino super recomendable y especial para gente “disfrutona”. 

Un entorno privilegiado en el que se combina una historia que descubres callejeando por sus pueblos, su gastronomía y unas áreas costeras impresionantes. Y unos vinos sardos, sobre todo los blancos, que me han cautivado como ya lo hicieron en Sicilia.

He dividido esta publicación en varios apartados:

1. INTRODUCCION
2. EL TURISMO EN CERDEÑA
3. GASTRONOMIA Y VINOS
4. MI ITINERARIO (10D / 10N)
Apéndice: COMPARATIVA CON SICILIA

Dejo un video del viaje: VIDEO CERDEÑA

Y te cuento ahora mi experiencia... que incluye más detalles gastronómicos y vinícolas de lo normal.

1. INTRODUCCIÓN

Torres milenarias (Nuraghis)
En mi opinión, para visitar en coche Cerdeña en 10 días, como ha sido mi caso, y ver lo más interesante sin desfallecer, se debe trazar un itinerario realista… y con sentido común. Ojo con las distancias y con querer ser demasiado exhaustivo. 

La coincidencia en el número de días disponibles es importante cuando quieres emular itinerarios realizados por otros viajeros… pero también debe de haber una coincidencia en los gustos personales. 
Puntos visitados en mi viaje de 10 días
Además, hay quien va desde solo 5 días hasta 2 semanas, y algunas rutas analizadas o me parecían flojas (mucha cala) o demasiado intensas (mucho trekking). También, no es lo mismo comenzar por el norte que por el sur, o bajar / subir por la costa este que por la oeste. Hay muchas posibilidades y opciones. Aunque las distancias a priori son cortas, las serpenteantes carreteras obligan a viajar sin prisa disfrutando de los paisajes en cada kilómetro recorrido. Hay 4 veces más ovejas que humanos, cuatro millones a uno. 

Atardecer en Alghero
No quise ver mucho de la zona de Costa Esmeralda, una enorme operación urbanística en el noreste de la isla y en la que intervinieron grandes cadenas hoteleras como Sheraton o The Luxury Collection: una especie de parque temático para ricos, con helipuertos, amarres a pie de mansión, campos de golf, tiendas de marcas de lujo, campeonatos anuales de polo, regatas y cosas así… Para mí, de largo lo menos interesante de Cerdeña… y curiosamente uno de los destinos más promocionados y sorprendentemente más aclamados por algunos.

Gran parte de Cerdeña está rodeada de bastiones, murallas y torres de vigilancia erguidas en el pasado. Una de las más bucólicas se encuentra en la (muy) espectacular playa de La Pelosa, cerca de Stintino. Allí, este vigía pétreo parece controlar que las cristalinas aguas turquesas y el blanco de la arena permanezcan ajenas al ir y venir de visitantes que se acercan a contemplar un paisaje de postal que te deja ensimismado.

La Pelosa
Con conexiones aéreas low cost e incluso una línea de ferri directa desde Barcelona que permite viajar con coche propio, es un destino “bueno, bonito aunque no barato”… esto último a pesar de evitar julio y agosto. Junio y Septiembre son objetivamente los mejores meses para visitar Cerdeña, por precio de alojamientos, por clima y sobre todo por evitar una masificación turística que puede devaluar sobremanera tu experiencia viajera. 

Cala Luna, Golfo di Orosei

Cala Gonone
A solo 1,5h de España, tiene 3 aeropuertos internacionales (Olbia en el noreste, Alguero en el noroeste y Calgiari, la capital, en el sur). Así que, dependiendo de cuál elijas, deberás montarte un itinerario pensando en tus gustos y prioridades, lo que implica necesariamente sacrificar algunos puntos de interés

No pasa nada pero de ahí que, quizás más que en otras islas mediterráneas, debas de seleccionar muy bien lo que quieres ver, ante semejante oferta de lugares impresionantes. También para evitar “empachos” de calas si te propones ver demasiadas. Puede pasar. Yo decidí no visitar la mitad sur de Cerdeña, menos interesante.
Lancha en Golfo de Orosei

Cerca de Bosa
Los sardos son amables y hospitalarios. Aman su tierra y la comparten sin aparente temor al turismo incontrolado (en julio y agosto) que parece aún no ha conseguido transformarla. 

Pocos hablan inglés, el italiano que hablan es algo “diferente”… y a algunos se les entendía mucho menos. Pude pagar el 100% de mis gastos con tarjeta de crédito: todos los negocios tienen TPV.

En la isla sarda puedes caminar por bosques casi alpinos, explorar enormes grutas marinas, pasear entre ondulantes viñedos o antiguas ciudades con pasado de bandoleros. Si añadimos una rica herencia arqueológica (más de 7.000 yacimientos) y algunas de las playas más espectaculares de Europa, con permiso de Menorca y Formentera, junto a sus curiosidades gastronómicas, son muchas las razones que explican por qué se ha puesto de moda.


2. EL TURISMO EN CERDEÑA

Stintino
Hay mucho interés turístico en esta isla, aunque si vas en temporada media o baja, acertarás de pleno: hay poca gente. Evitar Julio y Agosto es fundamental.
Pocos alojamientos en Cerdeña son baratos incluso en Junio: es lo que hay pero me puedo imaginar entonces lo que será en Julio y Agosto. Todos los reservé a través de Booking. Hay mucha oferta y conviene elegir bien. Para mí la ubicación es esencial en este tipo de viajes, Lo “malo” de los B&B no es tanto que los check-in sean tarde (a partir de las 15h) sino que cuando te mandan las instrucciones de entrada pocas horas antes de llegar, son insistentes en saber tu hora de llegada exacta (para que estén presentes).

Bosa

La Pelosa

Golfo de Orosei
Hasta la llegada del turismo en la década de 1960, Cerdeña era pobre y estaba algo aislada. Incluso algunas comunidades estaban aisladas entre montañas inhóspitas por la falta de infraestructuras, aunque de ese aislamiento llegó su orgullo y arraigo en tradiciones locales. 

Hoy el turismo se ha convertido en un pilar de la economía de Cerdeña y, aunque la mayoría de sardos dice que ha sido beneficioso, los ecologistas muestran preocupación por el impacto que ha tenido en sus costas, algo que no me ha parecido ver. Todo está muy virgen con excepción de zonas de la Costa Esmeralda.

Cala Mariolu, Golfo de Orosei
Ok: espectaculares playas de aguas turquesas y esmeraldas, grutas marinas, mucho terreno de aventura… pero sería un desperdicio viajar a Cerdeña y limitarse solo a “sol y playa”. Pequeños pueblos con mucha historia y encanto, muy buena gastronomía y excelentes vinos…bajo ese envolvente e inconfundible “ambiente mediterráneo”. 

No es novedad: si quieres comer "bien" en un restaurante, hay que "pagar". Los precios, sin ser un escándalo, no son económicos, más allá de la pasta o de las pizzas, algo inexplicable en una isla con fácil acceso a pescado y mariscos. Pescados como la dorada a 80 eur/kg en carta o la afamada langosta local, tan apreciada, a casi 200 eur/kg. Los precios se indican por cada 100 gramos… así que por precaución debes de preguntar antes cuánto pesa la pieza.
  
También cuenta con muchos viñedos que, quizás por escasa producción, hacían inexplicable el precio de los vinos locales (entre 5 y 8 euros por copa, con las botellas a partir de 22-25 eur). La cerveza de 20 cl la encontré entre 4 y 7 eur. 

Cala Luna, Golfo de Orosei
He leído que 2023 tiene todas las papeletas para convertirse en un año récord para el turismo en esta enorme isla de solo 1,6 millones de habitantes. 

Se espera llegar a 3 millones de visitantes (+10% s/ 2022). En 2022, el 48% de los turistas procedían del extranjero y el 52% de otras regiones italianas. Entre los extranjeros destacan siempre alemanes y franceses.

Cala Gonone
Las autoridades de Cerdeña y Sicilia han introducido (desde julio 2023) nuevas normas en sus playas con el fin de limitar el número de visitas. En el caso de Cerdeña, en las famosas calas de Goloritze y Mariolu (en el Golfo de Orosei) se establece un máximo diario de 250 y 700 turistas: para reservar plaza hay que registrarse al menos 72h antes de la visita en la aplicación Cuore di Sardegna. Y se les cobrará 6 eur en Cala Goloritze y 3,5 eur en La Pelosa, que pueden pagarse por adelantado. A priori los fondos recaudados se destinarán a mejorar y mantener limpia la zona…


3. GASTRONOMIA Y VINOS

Diré que ví pocos platos de cordero para todas las ovejas que hay. Pero al margen de las deliciosas pizzas y el increíble “punto” que siempre consiguen los italianos con la pasta (la bordan), los productos más típicos de la cocina sarda  son: 

1.- Azafrán, muy utilizado en salsas para pasta, sopas, asados y postres.

2.- Embutidos preparados de manera artesanal, en general contienen pocas especias, y su sabor depende del tipo de proceso de curación. Los más populares son los embutidos ahumados y el jamón de montaña.

3.- Pescado y marisco: el producto más importante es el atún, Hay platos tradicionales que incluyen mariscos frescos de la isla, como varios tipos de gamba local, pulpo, calamares, almejas, mejillones y pescados como la lubina o la dorada. La langosta es inalcanzable. Leí que en Alguero se recomienda degustar la aragosta alla catalana (langosta con tomate y cebolla), plato típico que evoca el pasado catalán del lugar. 

Los precios, como siempre en pescados y mariscos, allí se muestran por cada 100 gramos. La Langosta, a 20 eur los 100 gramos, pues eso…que es –como casi todo lo que sacan del mar- el doble de lo que pagas en España en zonas como p.e. Euskadi o Asturias. El apreciado “Bogavante azul" (que se pesca en aguas del Mar Cantábrico) estaba aún más caro que la langosta. Para ellos.

4.- Quesos: Cerdeña tiene aprox. de 4 millones ovejas. Es más, casi la mitad de todas las ovejas existentes en toda Italia están en Cerdeña. Hay muchas variedades de quesos. Me encantó el queso fresco (peccorino) y no probé uno que está como “podrido”, tipo algunos cabrales en Asturias.

En cuanto a los vinos: en Cerdeña cada territorio tiene su propio vino. Son unos privilegiados: un clima templado, mucho sol, una gran variedad de suelos y brisa marina hacen que los vinos tengan mucha personalidad: poco azúcar, fragantes, fuertes y nobles. 

Como en Sicilia, me gustaron más los blancos. Si eres amante de los vinos, en Cerdeña vas a disfrutar… tienen un carácter muy especial, de mucha calidad y reconocidos internacionalmente. Según los trabajos de arqueólogos e historiadores, el cultivo de la vid es anterior a la llegada de fenicios, cartagineses y romanos a la isla. 

La oferta regional incluye una excelente gama de caldos, desde los tintos clásicos, como los de las variedades Monica o Cannonau, una de las más antiguas de la isla, hasta los mejores vinos blancos sardos, como la prestigiosa Malvasia di Bosa o el inconfundible Vermentino di Gallura, para mí el mejor que probé.

El 80% de los viñedos italianos de la deliciosa variedad vermentino (blanco) están en Cerdeña: es la más representativa de la isla junto con el cannonau (tinto). Mucho nivel.

Otras variedades en el norte de Cerdeña, son el cagnulari, el torbato y el moscatel. Con la malvasia hacen un vino fino y exquisito, que se puede disfrutar desde naturales (secos o dulces) hasta más licorosos.

Pero Cerdeña no es solo cannonau y vermentino: otras cepas milenarias dan vida hoy a producciones de alto nivel. como  La cepa monica es el tinto más común en el sur de Cerdeña. También el nuragus, una variedad de uva blanca que me pareció espectacular y que proviene de una vid muy antigua.
Tenía la intención de visitar algunas bodegas en ruta pero no fue posible cuadrar lugares y horarios. No me importó, calculo que probé unas 15 botellas de vino diferentes. Excelentes caldos, aunque caros si los pides por copa: mejor botella entera. No tardé en verlo claro.
 
Por último, ¿conoces la diferencia, en Italia, entre ristorantes, trattorias, osterias, bares, pizzerías, rosticerías y paninerías?... algunas son obvias pero te cuento.
 
En un ristorante el ambiente es más formal, el menú suele ser más extenso y de buena calidad. Esto se refleja en el precio, claro.

Una trattoria es un pequeño restaurante familiar que sirve platos regionales con recetas caseras transmitidas de generación en generación. Es habitual ver que la madre o la abuela sean las cocineras, mientras que el padre maneja la caja registradora y gestiona las mesas. La atmósfera es más relajada, la decoración informal y los precios mucho más económicos que en un restaurante.

Las osterias son bares especializados en vino que han evolucionado para servir comidas simples. Generalmente, son lugares más sencillos que las trattorias y no suelen tener menú. La oferta cambia diariamente según mercado, y se ofrecen 2-3 platos por un precio fijo, incluyendo el vino.

Los bares son bastantes diferentes de cómo los entendemos en España. Abren muy temprano por la mañana y cierran no más tarde de las 20h. Los italianos suelen ir para tomar un café durante una pausa de trabajo, para desayunar, para comer un helado o un sándwich a la hora del almuerzo. 

Pizzerias: aquí se elaboran, venden y consumen solo pizzas. La mayoría disponen de horno de piedra para una cocción óptima. Son unos artistas.

Una  rosticceria es un sitio muy informal donde se puede comprar comida rápida para llevar. 

En una “panineria” se sirven casi exclusivamente sándwiches y “panini farciti” (bocadillos rellenos). Hay cientos de recetas, con diferentes combinaciones de jamón york, mozzarella, salchicha, tomate, albahaca,…


4. MI ITINERARIO (10 días / 10 noches)

Un vuelo directo desde Bilbao con Volotea, muy barato (170 eur i/v con maleta facturada) para los tiempos que corren pero acorde a la fecha de llegada (31/Mayo), me permitió aterrizar en el Aeropuerto de Olbia (en el noreste) en tan solo 1,5h. 
Allí mismo, recogí un Opel Corsa reservado con Booking (59 eur/día a todo riesgo sin franquicia), actuales dueños de Rentalcars, Lo principal: en su maletero cabían justo 2 trolleys “medianas”, aspecto no menor cuando el maletero es decisivo para no llevar equipaje “a la vista”.
Mi ruta por Cerdeña

¿Y por qué 10 días y no 8,9 u 11,12…?: la razón no es otra que aprovechar los días en los que había vuelo directo con Volotea desde mi ciudad, Bilbao. Así de sencillo. Fui un miércoles y regresé un sábado. Perfecto y suficiente: 10 días para ver el norte es el mínimo necesario, toda la isla no la podrías ver en menos de 2 semanas.

La isla tiene, de norte a sur, unos 300 km, que podrías recorrer en 3h por una autovía… no así por las sinuosas carreteras de sus costas este y oeste. La mejor manera de moverse por la isla es alquilando un coche, ya que los transportes públicos no acceden a los mejores rincones y además las carreteras no siempre son buenas.

Mi objetivo fue recorrer la mitad superior de la isla, consciente de que bajar al sur hasta Cagliari (la capital) obligaba a un esfuerzo sin quizás suficiente recompensa, tras estar convencido de que lo más interesante para mí estaba sin duda en el norte de la isla. El tiempo disponible es un bien escaso.




Días 1 Y 2 – LLEGADA – SAN TEODORO - POSADA - CALA GONONE (2N)

Aterrizamos en Olbia bajo una fuerte tormenta con descarga eléctrica y todo estaba bastante desapacible. Al mal tiempo, buena cara.
Antes de llegar a Cala Gonone, donde íbamos a pasar 2 noches, hice algunas paradas en ruta:
Cala Brandinchi, una bonita playa, sin más... en una mañana nublada


SAN TEODORO, un bonito pueblo donde hicimos un tentempié italiano y descubrimos por primera vez el disuasorio precio de los vinos por copa (7 eur) en Cerdeña, junto a una tabla típica de quesos y embutido. El blanco, un nuragus de Cagliari estaba tremendo.

  



  


POSADA, una histórica aldea que se levanta sobre una colina de piedra caliza, dominada por una fortaleza medieval (cerrada por obras). Aunque alberga varios restos históricos interesantes, es su increíble entorno natural el que le da su encanto. Una preciosa azotea al mar. 

A los pies de la colina ha crecido un pueblecito de casas bajas. Comimos un pescado local llamado San Pietro. Hablamos con el cocinero para preguntarle por qué llevaba tanta patata, cherries y “caldo” cuando lo habíamos pedido asado al horno. No tenía el sabor que esperábamos. Ok, lo pusieron a la manera “tradicional” y descubrimos entonces que había que haberlo pedido “grillato”: no nos volvió a pasar.

  



  


Y así llegamos por fin a la zona del GOLFO DE OROSEI, famoso por contar con muchas pequeñas calas de aguas turquesas y cristalinas resguardadas por altos acantilados, muchas de ellas solo accesibles a pie o por mar. 

Este Golfo es la perla de Cerdeña: calas paradisíacas y grutas increíbles a pie de mar: 40 km de costa salvaje y virgen de una belleza cautivadora. Aquí íbamos a estar dos noches, dedicando el 2º día a una excursión de 7h en una lancha con 10 pasajeros. Muy complicado visitar esta zona por tierra; algunos accesos a las calas eran algo peligrosos desde el interior y corres el riesgo de perderte. No hubo dudas.








Cuando el día empezó a despejar, los colores del agua cambiaban a turquesa y las abruptas montañas de Dorgali creaban unos paisajes rocosos únicos. Este área es una verdadera pasada. 

Para recorrer el Golfo lo mejor es hacer base de operaciones en el pueblo entre acantilados de Cala Gonone, un lugar muy tranquilo y algunos buenos restaurantes con una discreta cala de arena y un largo paseo que bordeaba la costa. Llegas descendiendo una serpenteante carretera. Fue fundado por una colonia de pescadores de Posza a principios del S. XX. Pese al bullicio esperado, Cala Gonone conserva la calma, perfil bajo y un delicioso encanto que parece intacto. En los alrededores hay una gran variedad de paisajes salvajes donde predomina el mar azul, con montañas, cuevas y mucha vegetación.









El pueblo posee gran variedad de alojamientos para todos los presupuestos, restaurantes y un puerto deportivo desde donde barcos y lanchas te llevan a las playas y calas de la zona, algunas de las más famosas de Cerdeña, como Cala Luna, Cala Mariolu, Cala Goloritzé,…con un mar esmeralda que formaba un conjunto fabuloso.

Y es que la mejor manera de visitar este paraíso es por el agua, accediendo a todas las calas y cuevas de la costa del Golfo. 
Las salidas son generalmente de día completo, saliendo desde el puerto de Cala Gonone a las 10h y regresando a las 17.30h. 

Existen muchísimas compañías que realizan estos viajes, en el puerto hay casetas donde dan información y venden los servicios.

Si vas en temporada alta habrás de reservar con antelación ya que pueden agotarse las plazas. Fuera de alta temporada basta con llegar la tarde anterior y reservar en cualquiera de las empresas. 
Los servicios son idénticos y los  precios prácticamente también así que cualquiera que elijas estará bien. 

Me llamó la atención, desde la terraza de mi hotel, que las casetas de venta estaban abiertas hasta las 12h de la noche y abrían a las 7 de la mañana. Es bastante “churrera” pero hay que hacerse a todo. 

El tour merece 100% la pena y te lo dice quien suele renegar de excursiones en grupo. 

Hay también muchas rutas de trekking y de senderismo por las montañas de piedra caliza del Supramonte sardo
Más al sur de Cala Gonone, la carretera solo llega ya hasta Cala Fuili, a 10 min, la primera cala del Golfo. A partir de aquí solo se puede llegar a las calas más al sur caminando. 

Cala Goloritzé está considerada como una de las playas más bonitas de Europa, aunque no me pareció para tanto. Ni mucho menos. 

Si vas a pie, necesitarás hora y cuarto de caminata. Su ubicación, en un litoral rocoso gobernado por el pico homónimo, y su estatus de espacio natural protegido dentro del Parque Nacional de Gennargentu, eleva este lugar a la categoría de santuario. En este lugar paradisiaco, el principal atractivo es una aguja rocosa con una altura de casi 150m. Solo se puede acceder hasta aquí en barco o a pie tras una larga y difícil caminata. Lo cierto es que el acceso está regulado y sujeto a una tasa.

Hay varias formas de explorar el Golfo de Orosei por mar:

Transporte de pasajeros en grandes embarcaciones que recorren el Golfo, son multitudinarios y con horarios/paradas establecidos. Incluyen alguna bebida. 45€ por persona. 
Lanchas con conductor de hasta 12 pasajeros con horarios, recorrido y paradas más ajustadas a cada pequeño grupo. 50€ por persona. Esta es sin duda la opción más acertada. 
Alquiler de lancha pequeña para llevarla tú mismo. No se necesita licencia pero son 150 eur + combustible. Ya conocí la experiencia en Formentera…y fue suficiente.
También existe la posibilidad de alquilar una lancha con conductor.
Velero para recorrer el Golfo: 200 eur en adelante

No es tan imprescindible hacer acopio de víveres antes de emprender la excursión porque en Cala Mariolu y Cala Luna había chiringuitos con bebidas y comida a precios muy razonables. Al desconocerlo, llevamos unos bocatas. 















El Golfo está rodeado de una verdadera muralla de acantilados horadados por el embiste del mar, que ha terminado formado cuevas. Algunas solo son grandes boquetes en la roca que algunos escaladores aprovechan para encaramarse a sus paredes y otras profundas grutas que se internan en la montaña y que gracias a las filtraciones del agua durante millones de años han creado espectaculares formaciones calcáreas.










Una pena: ya de regreso en la lancha a Cala Gonone, por un corte de electricidad no pudimos visitar la famosa Gruta del Blue Marino (en foto; solo accesible por mar), usadas por pescadores y también por los hombres del Neolítico: a la entrada se pueden ver unos petroglifos con 20 figuras antropomórficas que datan de 4 siglos aC. 

La gruta tiene tres brazos que se internan en la montaña, aunque solo uno ha sido habilitado para los visitantes que pueden recorrer 1 km de los más de 20 km que los espeleólogos han descubierto hasta ahora. NOs quedamos en la entrada, y nos devolvieron el precio de la entrada (10 eur), que habíamos pagamos aparte.





Nuestro hotel en Cala Gonone (Blue Marino 3*, 145 €/noche A+D) era tranquilo y algo discreto pero compensaba su bar terraza chill-out de copas en la calle, su excelente y céntrica ubicación y unas fabulosas vistas del puerto y el Golfo de Orosei, con una privilegiada azotea panorámica desde donde puedes pegarte un desayuno apoteósico frente a un entorno espectacular. 



Dos restaurantes reseñables en Cala Gonone. Cenamos en los dos. Ambos recomendables:
- Ristorante de Andrea, donde probamos un delicioso tartar de atún y 3 tipos diferentes de gambas ... crudas.


- Costa Dorada, donde probamos una famosa pasta local, la fregula, con marisco. Deliciosa. Y un trozo de cordero asado... Bebimos un cannonau, el mejor tinto que probamos en Cerdeña.


  




Dia 3 – CALA GONONE – NUORO - BOSA (1N)

Tras el desayuno hicimos un trekking de varios kilómetros por la costa desde Cala Gonone hacia el norte, con unas vistas fantásticas. A pesar de estar algo nublado, el sol calentaba ya a las 10am...







Después tocaba ya cruzar todo el ancho de la isla. Recorrido obligatorio en la ruta marcada en el que pude ver una Cerdeña más rural aunque menos interesante debo decir, atravesada por el macizo montañoso de Gennargetu, entre cuyos pliegues se levantan pequeños pueblos. Fue donde vimos más Nuraguis.

Durante la Edad de Bronce, entre los S. XVI y IX aC. se desarrolló en Cerdeña la cultura Nurágica. Repartidas por toda la isla se hallan unas 7.000 ruinas de aldeas nurágicas de las casi 30.000 que se supone existieron. Todas se levantaban en torno a los Nuragui; edificaciones megalíticas en forma de torre, precursoras de los castillos medievales.




Finalmente, para no llegar tarde a Bosa, no nos detuvimos en TISCALI, pueblo nurágico del S. VI aC. escondido en una cueva de piedra caliza derrumbada en la cima de una montaña en lo profundo del Valle Lanaittu. Dicen que todo un enigma y uno de los hitos arqueológicos de Cerdeña aunque leí que ha sido muy saqueado.

NUORO nos decepcionó. Cierto que no era más que una parada prevista en ruta pero esta ciudad, conocida como la “Atenas sarda” debido a su importante actividad cultural, nos pareció algo feo y creo que no merece la pena visitarlo salvo interés en museos: allí están los 4 mejores de Cerdeña (Etnográfico, Arqueológico, MAN y Tribu). 

Y pateando por Nuoro fue donde vimos por primera vez lo curioso de las esquelas en Cerdeña: colocan fotocopias de enormes folios en las paredes o en paneles de madera…




Y así llegamos a BOSA, un lugar (muy) encantador. 


Comenzamos por sus afueras. A 3 km al oeste de Bosa está Bosa Marina, una zona de playa que no es sino el barrio de Bosa donde desemboca la ría que lo atraviesa, con algunos pequeños hoteles de poca altura, restaurantes y casas de vacaciones. Comimos pasta y pulpo en un buen restaurante (Al Galeone) y dimos un paseo por su playa casi desierta.




 



El pueblo de Bosa descansa sereno en las faldas de la montaña que acoge el castillo de Malaspina, con muy poco turismo, a orillas de la ría Termo. 

Es una sucesión de fachadas de colores, callejuelas y encanto que se palpa entre sus laberínticas calles. Dicen que es uno de los pueblos más atractivos de Cerdeña. Una visita imperdible. En las terrazas, rodeados de gente local, respiras un ambiente de pueblo italiano…

Visto desde la distancia, su paisaje urbano arcoíris se asemeja a un lienzo con casas color pastel apiladas en una ladera empinada, estrechándose hasta un castillo gris y austero. Al frente, barcos de pesca amarrados se mecen en la ría y las palmeras bordean una elegante ribera. 

El Castello Malaspina es una fortaleza medieval erigida en una ladera escarpada. Lo ideal es pasear por sus callejuelas con calma y probar alguno de los pescados más frescos de la costa oeste en alguno de los restaurantes familiares. 

Este precioso pueblo, tan encantador, con casas de colores superpuestas y rematadas por un castillo suspendido en la ladera de la montaña, me pareció una verdadera gozada. Muy italiano… y muy auténtico.























Cenamos pez espada en un restaurante perdido entre calles... 



En Bosa, nos alojamos en un B&B, Casa Pagió, un lugar excelente con una ubicación perfecta en el corazón del casco viejo y una habitación preciosa (103 eur, A+D). El edificio, antigua casa de pescadores, se remonta al S. XV. El desayuno fue el más increíble de cuántos tuvimos en Cerdeña. Sus dueños, super-majos. Muy recomendable.


Días 4 y 5 – BOSA – RUTA DE COSTA – ALGUERO (2N)

Al día siguiente fuimos a ver el Castillo (se puede subir en coche) para disfrutar de las vistas y la desembocadura de la ría en Bosa Marina. 




Después hicimos una ruta costera de trekking para ver Cala Mora y unas extrañas plataformas de piedra en la costa. Precioso.






Siguiendo en ruta hacia Alguero por una de las carreteras más bonitas de Cerdeña, que transcurre entre acantilados, paramos en una zona de playa y camping en la Spiaggia di S’Abba Druche. 



Pasamos por alto la gran playa de Tentizos, con rocas de aspecto lunar porque el acceso estaba cerrado, una pena, pero en ruta paramos en el restaurante Caletta Casa del Vento donde hicimos un tentempié de lujo.



Y llegamos a ALGUERO, famoso por sus calles empedradas y edificios levantados hace cientos de años por “catalanoaragoneses” y que me recordaban al encanto de algunos pueblos catalanes en la Costa Brava. 

Anchas murallas a modo de bastiones evocan un pasado de resistencia frente a los diferentes invasores que intentaron controlar Alguero; un pasado ahora convertido en un bonito paseo donde contemplar el oleaje sobre los muros que rodean el casco antiguo. 

El mejor momento para ver este paseo de ciudad medieval es el atardecer. 

Hay un laberinto de callejuelas medievales y las terrazas en la Piazza Civica. 

Aunque se puede cenar en las mesas dispuestas a lo largo del paseo de la muralla color miel y alumbradas por la tenue luz de los faroles, con vistas al mar y a las estrellas… yo preferí callejear y meterme en muchos de los pequeños negocios de comidas y vinotecas que abundan escondidas entre calles. El paraíso foodie y wine lover.

Con apenas unos 45.000 habitantes, Alguero es considerada por muchos la ciudad más bonita de la isla. No estoy tan seguro de que sea así.  Pero es precioso. Ha pasado de pueblo pesquero a motor turístico. 
Es famosa por su casco antiguo adoquinado y por estar rodeada de antiguas murallas… algo a lo que se le saca mucho partido al atardecer cuando ves una de las puestas de sol más bonitas de Cerdeña desde el paseo marítimo que une la torre del Esperò Reial con la de la Polveriera, y la luz anaranjada se refleja en las fachadas de sus fortificaciones, puertas, torres, bastiones y murallas…

Alguero es también conocida por ser uno de los focos de la lengua catalana en el exterior –introducida en el S. XIV por mercaderes y colonos catalanes–, pero a pesar de que existen asociaciones y se ven carteles y banderas, ni mucho menos la habla todo el mundo. Se mantienen vivas tradiciones, fiestas y nombres de calles y plazas que recuerdan este lazo de siglos con Cataluña.

Hay que perderse por las calles y, dependiendo de gustos e inquietudes, visitar lugares como la Calle Humberto (con reclamos como el Palacio Curia y la Casa Doria). una de las calles más auténticas de la ciudad, la Catedral de Santa María, un templo del siglo XVI de estilo gótico, las iglesias de San Francisco y San Miguel, los palacios D’Albis y Carcassona, la Torre del Portal, edificada en el siglo XIV por la comunidad judía, además de su animado puerto repleto de terrazas. 




  




















En Alguero estuvimos 2 noches. El segundo día amaneció lloviendo y, aunque no pensaba ir a verla, fue una excusa para ir en coche hasta el Capo Caccia (un promontorio rocoso que resultó ser zona militar, sin acceso) en 30 min. y aprovechar a visitar la afamada Cueva de Neptuno (entrada 14 eur), aunque también se puede visitar en excursión en barco desde el puerto de Alghero. Tardaron en abrirlas porque la lluvia había encharcado en exceso las escaleras. Tocó esperar.

Sí, deberás bajar (y volver a subir) 652 escalones (casi unos 30 pisos) tallados de manera increíble en el acantilado. Me pareció un trayecto espectacular: me alegro de haberlas visitado finalmente porque fue una pasada, tanto por fuera como por dentro. 

Porque no solo las cuevas son espectaculares, sino que la experiencia de llegar hasta ellas, ya sea en barco o a través de las interminables escaleras que se tornan en un camino pegado al acantilado, con las increíbles vistas la rodean, hacen que merezca la pena la visita. Me encantó.

  

  



  



Las Cuevas de Neptuno tienen 4 km de ancho, pero la parte que se puede visitar solo tiene unos cientos de metros de ancho. A pesar de las reducidas dimensiones, hay mucho que ver (y fotografiar). La visita guiada dura algo más de media hora. Extremadamente bien conservada, a pesar de tener unos 2 millones de años de antigüedad.

Independientemente de cómo llegues a esta cueva, acabarás en el mismo punto de entrada, que está a nivel de mar. La visita guiada te muestra varias salas talladas en la piedra caliza. La primera permite ver el famoso Lago de La Marmora, una de las mayores cuencas de agua salada de Europa. A su alrededor, cientos de estalactitas y estalagmitas, creadas por el goteo de agua durante siglos, decoran el espacio: la más importante de ellas, la llamada Fuente de Agua Bendita, mide más de 2m y sirve de bebedero para los pájaros que viven en esta gruta natural.









De regreso a Alguero paramos a comer en un modesto restaurante en la Spiaggia del Lazzaretto 



y terminamos la tarde descansando en la Spiaggia di Maria Pía, de arena blanca y dunas, ya muy cerca de Alguero.

 

Por la tarde-noche, seguimos nuestro plan de callejear por Alguero, tomando vinos y  picando tapas locales. 






La anécdota vino al visitar Sardoa, un muy recomendable lugar de tapas, raciones y buenos vinos (españoles de Rioja e italianos de Cerdeña). Gestionado por un vasco, Igor, que ofrece una propuesta gastronómica muy novedosa en Cerdeña y que lo está petando en Alguero. Probé un vino blanco sensacional. Buena charleta y oh! amigos comunes. Vascos por el Mundo. Como en casa…

  


Nos encontramos con un combate de boxeo en una plaza…


La 2ª noche cenamos en un restaurante muy recomendable, escondido y discreto: Álamo. Spaguetti con almejas y calamar fresco. Vino blanco tampoco faltó.

  



Dos noches en nuestro B&B de Alguero (Sa Vivienda Suite, 127 eur A+D). Quizás algo alejado del centro y el básico desayuno, servido en una cafetería a 7 min. Yo elegiría otro.


Día 6 – LA PELOSA – STINTINO (1N)

El día prometía. Aunque no soy un enfermo de las playas, por las fotos que ya había visto de La Pelosa, sabía que era un lugar extraordinario. Cuando el sol iluminaba directo, el agua cambiaba radicalmente de color.

El Golfo de Asinara es Parque Nacional y Reserva de la Biosfera, dos títulos merecidos cuando ves la playa de La Pelosa, un enclave ciertamente espectacular a 1h al norte de Alguero. Memorable.

La visión del agua turquesa bordeando el islote con la torre del S. XV ante Isola Piana es una postal privilegiada
Está a 2,5 km al norte de Stintino. La arena es blanca, finísima, las aguas turquesas son poco profundas y casi siempre están en calma. Hablo de una playa, aunque es más un entorno y un paisaje. Un recuerdo imborrable.

La Pelosa es uno de los lugares imperdibles de Cerdeña, considerada una de las mejores playas de Italia y de Europa. Hay poca arena para poner la toalla por el alquiler de sombrillas (10 eur) y tumbonas (14 eur). También restaurantes y chiringuitos. Todo bueno, no puede ser.

Es un lugar para estar en el agua…rodeado de color turquesa. Frente a ella están las islas de Piana y de La Asinara, que albergó el siglo pasado un sanatorio que posteriormente fue cárcel para prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial y más tarde, prisión italiana de máxima seguridad. Posteriormente fue declarada Parque Nacional y único hábitat del burro albino, especie endémica de esta isla. 

En un litoral único y de poca profundidad, en la entrada de la bahía puedes ver la Torre Della Pelosa, una de tantas torres defensivas que se hallan repartidas a lo largo de la costa y que fueron construidas por los españoles durante el S. XVII para repeler ataques de piratas. 

Se puede llegar a pie al islote donde se erige la Torre, La playa te sorprende por su mar en calma al estar protegida del viento. Una auténtica piscina natural en el Mediterráneo. Protegida y regulada estrictamente, en temporada alta no se permiten más de 1500 personas de visita por día (reservas on-line la entrada), ni fumar, ni estirar una toalla sobre la arena: curioso, para esto es obligatorio usar una esterilla y sobre esta se coloca la toalla. Verás a muchos intentando venderte esterillas en las inmediaciones (todo esto  dicen que es para evitar que los turistas se vayan llevando poco a poco arena.
Nosotros no usamos la esterilla pero vimos a dos policías municipales merodeando por la arena de la playa y “expulsando” a quienes no tenían la dichosa esterilla. Era de chiste.



Comimos de lujo en el Restaurante La Pelosetta, con un vermentino di Sardegna, un atún impresionante, que era la especialidad de la zona, y spaguettis con almejas, un plato que nos enganchó y probamos varias veces en Cerdeña.

 


 
















Otras playas recomendables cercanas a Stintino son una larga playa de piedras, Ezzi Mannu, que visitamos por la tarde, salvaje y rodeada de una zona de dunas. Había flamencos y fue una buena ocasión para hacer nudismo. Recuerdo que en las playas de Italia pocas italianas hacen top-less.



Por la tarde fuimos ya a STINTINO, un cercano y pequeño pueblo de pescadores procedentes de la Isla de Asinara. Con solo 1600 habitantes, mantiene calma y paz: la iglesia, la plaza, tiendas, bares, enotecas y algunos pocos restaurantes donde degustar productos frescos de la zona. Encantado.

El pueblo original de Stintino nació por la decisión del Gobierno italiano en 1885 que decidió crear en la isla de Asinara un hospital para leprosos y un hospital colonia penal, lo que provocó que muchas familias, con el dinero de la compensación por irse, compraron un pedazo de tierra llamando Isthintìnu, Stintino en italiano. Hoy en día Stintino está dividido en 2 zonas, el Puerto viejo dedicado a la pesca y el Puerto nuevo, más turístico y desde donde salen barcos a explorar las islas de la zona.











Stintino es famoso por la pesca del atún y hasta hay un museo dedicado a su pesca en el muelle del puerto. La pesca es la auténtica piedra angular de casi la totalidad de la cocina local de Stintino y su plato más característico el Pulpo de Stintino o también una ensalada de pulpo con patatas, vinagre, perejil y cebolla.


Cenamos en la terraza de un restaurante del puerto (Bolina 55), pulpo y una pasta muy típica de Cerdeña: unos Malloreddus. Con azafrán, producto que no se asocia típicamente con Italia pero muy popular en Cerdeña por la herencia española y árabe. Esta pasta es un ñoqui hecho con harina de trigo duro, agua y un toque de azafrán molido. Tienen forma de concha rayada y alargada. Curiosa... pero sin más.


Nuestro hotel (103 Boutique Suite, 142 eur en A+D)) en Stintino fue inmejorable, con una enorme terraza con vistas al puerto. Amplio y bien gestionado. La habitación empapelada con La Pelosa... ver para creer.





Día 7 - RUTA DE COSTA - CASTELSARDO (1N)

Nos levantamos pronto para –con esa sensación de que probablemente ya nunca volveré a Cerdeña- pasar un par de horas más remojándonos en La Pelosa, un lugar que nos hechizó.



Ya de camino a CASTELSARDO paramos en una larga y preciosa playa: Bau Bau Beach, a la que accedes por entradas perpendiculares a la carretera (hay una en cada rotonda): entramos por la nº 5 y encontramos un chiringuito en el que no nos habría importado quedarnos unas horas. Un regalo inesperado, un magnífico lugar (Rena Beach).





Castelsardo te entra por los ojos ya desde la carretera. Tiene el encanto propio de los núcleos urbanos que buscan su sitio encaramándose a la pendiente de una fortificación que domina el mar desde las alturas. Las ruinas del castillo de los Doria dan nombre a esta ciudad cuya fundación se remonta al S. XII-XIII. Entonces se llamó Castelgenovese, posteriormente Castelaragonese, y por fin, con la expulsión de la corona de Aragón, recibió el nombre actual: Castelsardo. 

Diré que prácticamente no pisamos las afueras del recinto amurallado: allí está todo lo interesante y es mucho mayor de lo que parece en la foto.... Subimos directamente al llegar.

El encantador casco histórico medieval de Castelsardo se encuentra en la parte más alta de la ciudad, allí donde el Castillo, sus murallas y el viento hacen cumbre. Para subir hay que hacerlo caminando desde la Piazza del Popolo y la subida es intensa. Las vistas merecen 100% el esfuerzo. Todo resulta impresionante desde el mirador del Castillo. Castelsardo, como Bosa, son dos “must” en tu viaje a Cerdeña.


Comimos en un restaurante perdido entre calles otro atún a la plancha delicioso. Y más pulpo....

  

Dentro de las murallas, cuenta con un centro repleto de callejuelas medievales empedradas y escaleras (algunas muy empinadas) que suben hacia el castillo entre cesterías, cafés, trattorias, húmedas sombras, contraluces y ropa tendida. 

El esfuerzo tiene su recompensa en la catedral de San Antonio Abad, del S. XVI, erigida de manera prodigiosa en lo alto de un acantilado. Destacan la torre del campanario, separada de la iglesia, y, sobre todo, las vistas al Mediterráneo: son inigualables, tan espectaculares y demostrativas de la función defensiva, estratégica y comercial de este lugar.

Con un casco antiguo dentro de las propias murallas del Castillo, sus calles laberínticas y coloridas casas bajas, la amabilidad de la gente y el encanto de un pueblo sardo, redondean una parada obligatoria en Cerdeña.






De Castelsardo dicen que es probablemente otro de los pueblos más bonitos de Italia, con unas fachadas de vivos colores que contrastan a la perfección con el azul del mar mediterráneo. Muy recomendable al atardecer alcanza cuando presenta un brillo y color espectacular. En su centro histórico paseas por sus estrechas calles donde encuentras pequeños comercios donde se vende su reconocida cestería tradicional.









Descubrimos un rincón secreto llamado “Il Pórtico”, un pasadizo del S. XVI con un par de mesas para tomar algo, la decoración era preciosa dentro y fuera... y todo estaba a la venta. 







Por la noche cenamos al aire libre pegados a la pared del Castillo. El (recomendable) restaurante Al Castello fue una gozada: gamba roja de la zona y un risotto de erizo de mar. Buen precio. El vino blanco, Petrizza, el que más me gustó de todo el viaje. Un blanco de la uva vermentino di Gallura. Nos trajimos 5 botellas en las maletas. Muy top. Luego conocimos a Luciano, el simpático dueño del restaurante, quien nos invitó a varios “mirtos”, licor típico de Cerdeña, obtenido por la maceración alcohólica de las endrinas del mirto. Este licor tiene reconocidas propiedades digestivas y se toma en frío al final de una comida o también como aperitivo. En este viaje cayeron unos cuántos…

 



En Castelsardo pasamos la noche en una habitación a pie de calle (140 eur sin desayuno), dentro de las estrechas callejuelas peatonales, y que incluso contaba con una mesita fuera para beber el vino blanco que había en la nevera. También había un gigantesco jacuzzi. Solo un inconveniente: dejar tu coche en un aparcamiento (de pago en temporada alta) desde el que deberás subir con tu maleta por un enjambre de calles e innumerables y empinadas escaleras. Google Maps y Maps.me pierden precisión en este laberinto.

 


DÍAS 8 y 9 – CASTELSARDO - RUTA DE COSTA - PALAU (FERRY) - ARCHIPIÉLAGO LA MADDALENA (2N)

En esta ruta está la famosa Costa Paradiso con 8 km de playas muy bonitas como la de Li Cossi, resguardada por paredes de granito rosado. Pero nosotros paramos en una llamada Li Junti di Badesi, larga y preciosa. Caminamos unos kilómetros...



Llegamos a Palau, punto de partida de los ferrys que van a La Maddalena. Hay 2-3 compañías, con salidas diarias muy frecuentes. Todas ofrecen exactamente el mismo servicio: el precio es de 44 euros para 2 personas y un coche. El viaje dura 20 min. 
El barco te lleva a la isla principal del archipiélago: La Maddalena. 
Fue: llegar al muelle a las 12h, sacar los tickets y embarcar con el coche en 10 min. Fast track!.



El Parque Nacional del Archipiélago di La Maddalena es un lugar mágico: formado por siete islas y unos 60 islotes frente a la costa noreste de Cerdeña
A lo largo de los siglos, el viento ha pulido sus rocas graníticas junto a aguas cristalinas. 

Recorrimos la carretera panorámica de 20 km rodea la isla principal, hay varios miradores y tienes acceso a algunas ensenadas de infarto, verdaderos enclaves de postal. Muchas paradas para hacer fotos.


Hay muchas playas, muchísimas, la mayoría espectaculares, pero mi recomendación es que busques el ambiente local y que pienses en cómo distribuir tu tiempo en esta isla. Yo estuve 3D/2N. Leerás a muchos que te hacen una exhaustiva lista de sus mejores opciones de calas, algunas de ellas con accesos complicados o muy largos, como Napoletana (45 min. de camino con algunos tramos difíciles). No te dejes seducir por los descriptivos y por las muchas fotos aéreas de calas, tanto en La Maddalena como en la (más salvaje) isla de enfrente (Caprera) y asegúrate antes de los tiempos que se tarda en bajar y subir de la cala, su tamaño y si es de roca, piedras o arena… y, si lo haces, llévate un picnic y MUCHA agua. Buen calzado, imprescindible. Relax.

Las más populares en Isla Maddalena son Bassa Trinita, Monte di Rena y Spalmatore. Tiene playas súper amplias y chulas,  especialmente por su cara oeste. También fuimos a Cala Lunga.





















Pasear por la tarde por el el pueblo, era una gozada...





En La Maddalena, un día cenamos en La Peschería del puerto, mejillones al vapor, una ostra y una dorada (obligatoriamente al vapor) que expresamente pedimos “sin nada más”. Muy rica. En la mesa de al lado, comían unos spaguetti con txangurro de centollo. Aynsss.



 








Para ir a la ISLA DE CAPRERA, la segunda más grande del archipiélago, no es necesario tomar otro ferry: hay un puente y una larga carretera recta que conecta ambas islas. Es precioso. 

Caprera es una isla más salvaje y un gran destino para el senderismo. Hay muchas playas y la mayoría de ellas sólo son accesibles por barco o haciendo trekking. Ojo.

Importante, en pleno centro de Caprera, hay 3 sitios donde te ponen bocadillos y puedes comprar agua, cerveza y lo que quieras. El mejor: I Mille Bar Paninoteca.

Dos puntos de la isla ofrecen una preciosa vista panorámica de 360°: la torre de vigilancia de Teialone (el punto más alto de la isla, a 212m) y la Battería Poggio Rasu Superiore, una antigua fortaleza militar. Los senderos están bien señalizados, numerados y se indica la duración estimada de las caminatas. La mayoría de ellas son de menos de 1,5 horas y te llevarán a una o varias calas. También puedes combinar varias y hacer un itinerario en bucle. Los mapas de senderismo están disponibles en la oficina de turismo.

Esta isla es muy diferente de su vecina: es más auténtica, preservada y salvaje. También hay bosques de pinos y algunas calas a las que se accede directamente con vehículo sin problema.


















Nosotros fuimos a Cala Napoletana, Spiaggia di Relitto y Spiaggia Due Mari, donde comimos en el Cala Portese Bech Club, un lugar con el que no contábamos y un concepto cercano al Beso Beach de Ibiza y Formentera. De nuevo spaguetti con almejas y un calamar fresco frito.



 










La verdad es que es muy recomendable cruzar en coche y pasar al menos un día en este archipiélago.
Las dos noches en La Maddalena las pasamos en un estupendo B&B (Isola Mía, 107 eur A+D), muy bien gestionado y con un excelente desayuno. Recomendable 100%.

En una enoteca de La Maddalena compramos 8 botellas de vino para nosotros y para regalar. Los mejores precios que vimos en Cerdeña. Su dueño controlaba mucho y sabía de lo que hablaba. Genial.

También hay barcos y lanchas que desde el puerto de La Maddalena  organizan tours diarios con salidas desde 40 eur y hacen paradas para bañarse en algunas de las playas más bonitas de varias islas del archipiélago. Y hay zodiacs que te llevan a la cala que les digas y luego te recogen por la tarde (cuesta 15 eur). No tuvimos tiempo pero tampoco fuimos a La Maddalena a eso...



Día 10 – LA MADDALENA – COSTA ESMERALDA – OLBIA (1N)

El tercer día  –aún a riesgo de acertar en mi predicción- decidimos pasar por la Costa Esmeralda de camino a Olbia, donde había que hacer la última noche antes de coger el vuelo de regreso. 
Así que cogimos un ferry temprano (hay cada 30 min.) y al llegar a Palau tiramos rumbo a la Costa Esmeralda…



La Costa Esmeralda (de 55km) dicen que es deslumbrante. Las montañas graníticas de la provincia de la Gallura descienden hasta el mar formando calas bañadas por aguas esmeralda, como la de la Spiaggia del Principe, un rincón paradisíaco con forma de media luna, arena blanca y aguas cristalinas. La visitamos... pero ya tenía un poco de sobredosis de playa





En Porto Cervo, bastante pijo, vimos los impresionantes yates anclados en los resorts de lujo y se nos quitaron un poco las ganas de descubrir lugares. La verdad es esta zona es un rincón tradicionalmente diseñado para VIPs, paparazzi, yates despampanantes, modelos exuberantes y lujo total. En definitiva, una especie de parque temático para millonarios. No quiero ser injusto pero, por fotos y aparte ya de cierta saturación playera (creo que las mejores playas ya las habíamos visto en días anteriores), preferí quedarme con otra imagen de Cerdeña: la de Bosa, Stintino, Castelsardo y algunas zonas de Alguero…

Llegamos a Olbia por la tarde, era nuestra última noche en Cerdeña antes de regresar a Bilbao al día siguiente muy pronto (6am). Algo de cansancio acumulado. Llovía.

Denominada por los griegos “ciudad feliz” es el puerto más importante y con más actividad de Cerdeña. La ciudad, además de poseer innumerables conexiones vía marítima, posee un aeropuerto donde llegan vuelos internacionales y que usamos para entrar y salir de Cerdeña. 

Olbia es una ciudad grande y tiene una autopista que en 2h la conecta con Alghero y en poco más con Cagliari. Diría que es un lugar de paso y que no merece la pena quedarse por aquí, pero lo más interesante es:

Corso Vittorio Emanuele: la calle principal y comercial del casco histórico. Tiene interesantes vinotecas en terrazas,,,
El Ayuntamiento, de 1932 Esta parte de la ciudad es agradable para pasear, ver los edificios de la Biblioteca o el Palazzo Scolastico, y plazas abiertas como Reina Margarita y Piazza Giacomo Matteotti. 
Duomo y la Iglesia San Paolo, con su fachada de granito local y su cúpula multicolor y esmaltada, de influencia árabe.













En suma, un viaje espectacular para todos los sentidos, muy recomendable. Un destino muy cercano a España que, por sus fabulosos atractivos, me alegro mucho de haber conocido. Me sigue gustando diversificar los perfiles de mis destinos viajeros, dándole a (casi) todo.

En mi opinión, honestamente creo que, por la información que recopilé previamente, aunque me he dejado muchos sitios por conocer, 10 días en una isla como Cerdeña es para mí suficiente. Haber sido más exhaustivo o haber estado más días para poder visitar el sur con Cagliari, la capital, posiblemente no podría incrementar más mi ya elevado grado de satisfacción en este viaje disfrutón y veraniego.



Para compensar inquietudes viajeras, en Octubre 2023 me voy 10 días a Irak. Aguardo impaciente.



APÉNDICE: COMPARATIVA DE CERDEÑA CON SICILIA

Resulta inevitable la comparación entre las dos islas más grandes del Mediterráneo. Tengo muy “frescos” ambos destinos. Las comparaciones son odiosas pero en este caso veo la necesidad de poner en antecedentes a quienes aún no conocen ninguna. 

Posiblemente Sicilia sea más interesante (mucho por ver y hacer) con una gastronomía, vinos y cultura apabullante, pero Cerdeña es otro destino imperdible, aunque menor.

Hace 1 año recorrí a fondo Sicilia tras 3 días en Nápoles. Y hace 5 meses fui de nuevo a Venecia, en una escapada junto con Budapest. Dios mío, ¿y era yo quien antes despotricaba contra lo italiano?. Italia me viene enganchando cada vez que voy, y han sido ya 5 viajes en total.

Sicilia tiene un clima más cálido que Cerdeña, pero Cerdeña tiene un paisaje más variado.

Cerdeña también es más segura que Sicilia. Sicilia tiene una historia más rica y una cultura más diversa, con algunos de los mejores vinos italianos. Cerdeña tiene algunos de los mejores quesos italianos.

Si Cerdeña tuvo importantes puertos marítimos en la Edad Media y alberga sitios arqueológicos como los Nuraghi (complejos de torres de piedra, cámaras y pasajes construidos en la Edad del Bronce y el Hierro), culturalmente hablando Sicilia gana por goleada: es un crisol de culturas y civilizaciones que han dejado huella: antiguos griegos, romanos, vándalos, bizantinos, árabes, normandos, franceses, británicos y españoles. En parte esto hace que sea quizás uno de los mejores destinos gastronómicos del mundo.

Si hablamos de playas las de Cerdeña son mejores. Eso no quiere decir que en Sicilia no haya pero los arenales de Cerdeña son impresionantes en casi toda la isla, y cuando no hay extensas playas hay calas con un encanto rabioso como en el Golfo de Orosei (Cala Mariolu, Cala Luna o Cala Goloritze). Las playas del archipiélago de La Maddalena son fascinantes. 

Y en Sicilia hay lugares asombrosos como la Scala dei Turchi, y otras más típicas como San Vito lo Capo o las preciosas calas de las Islas Egadi.

Sicilia tiene cosas que no encontraremos en ningún lugar de Europa (salvo en Islandia), como los volcanes activos de Stromboli y el Etna. Cerdeña tiene pueblos marineros preciosos como Alghero, Stintino, Bosa o Castelsardo, donde callejear es un placer inmenso. También miles de construcciones prerromanas de la civilización nurágica y un montón de cuevas interesantes como la de Neptuno en el noreste, muy cerca de Alguero.

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