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WELCOME TO MY TRAVEL VLOG
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11 enero 2023
VENICE (ITALY) 2023 january
BUDAPEST (HUNGARY) 2023 january
La capital de Hungría, una gran joya monumental con una arquitectura apoteósica, tiene unos 2 mill. hab (un 20% del país). Se fundó en 1871 tras la unión de las ciudades de Buda y Óbuda, en la orilla oeste del Danubio (más montañosa), y Pest en la orilla este (más plana).
En la actualidad ambas zonas están unidas por espectaculares puentes, algunos de los cuales son monumentos muy icónicos de la ciudad. Y sí, la arquitectura, testigo de todo, es una de sus mejores bazas y regalará grandes momentos a los amantes de la fotografía.
La Unesco ha reconocido su Patrimonio con menciones a la Av. Andrássy y la Plaza de los Héroes, el Castillo de Buda y hasta el Metro, el 2º más antiguo del mundo.
El Danubio es el 2º río más largo de Europa (después del Volga en Rusia) y es, junto con el Nilo, el que más países atraviesa de todo el mundo (10).
Separa la antigua Buda (más histórica, aristocrática
y tranquila) de la antigua Pest (más
moderna, comercial y bulliciosa). El Danubio alcanza, al llegar a Budapest, una
anchura de casi 500m.
Muchos suelen combinar Praga, Viena y Budapest. Incluso quien tiene más tiempo, también con Bratislava. Yo decidí combinar Budapest con Venecia, que ya conocí en 2011.
Es cierto que -aunque
visitados 13 paises y repetidos varios- Europa no es mi continente favorito,
siendo muy pocas las ciudades a las que he vuelto (Londres, Ámsterdam, París,
Lisboa, Atenas y ahora Venecia).
Visitar la capital húngara en pleno invierno permite ver mucha iluminación nocturna, más aún por colear la Navidad.
Muchísimo frío (3-6º). Amanecía a las 7,30am y anochecía a las 16,30h. Dicen que en los últimos años la escena gastronómica y de bares de la ciudad ha florecido, y que ha habido un boom en el mundo del diseño, la cultura y la moda.
Ciertamente Budapest me ha parecido elegante, alegre, viva y hospitalaria, y no es de extrañar que pueda ser una de las ciudades de moda en Europa: arte, museos, gastronomía de calidad y mucho ambiente nocturno. Los precios y la oferta hotelera en Budapest dicen que son imbatibles. Pero no tanto. Y es que a pesar del boom turístico que ha vivido en los últimos años, puede que esté lejos de ser uno de los destinos más baratos de Europa: la inflación en 2022 será del 25%, la mayor de Europa. El polémico e incombustible presidente del país, un populista ultraconservador, amigo de Putin, es un verdadero “grano en el culo” en la UE.
Todo está algo caro, aunque el florín húngaro se haya depreciado
bastante. Nos dijeron que el precio de la luz se había triplicado y el del gas
multiplicado por 6. La gasolina, mucho más cara que en España (diésel a 1,87
eur). Muchos negocios han cerrado, como en toda Europa. La pandemia y la guerra
en Ucrania lo han trastocado todo. Es, en cualquier caso, una ciudad
maravillosa y muy sorprendente con la que no debes dudar ni un segundo si te
planteas visitarla.
Además de
la efervescencia cultural y su interés en realzar el encanto de una estética
decadente (como en los “ruin pubs”), me ha llamado la atención su enorme
interés por la sostenibilidad y su apuesta por lo ecológico. El Proyecto Liget
es uno de los desarrollos urbanos más importantes de Europa: una ambiciosa
iniciativa medioambiental en Budapest que se suma a una moda de nuevos
restaurantes igualmente sostenibles y muy sensibles con los productos locales y
el reciclaje. Liget está transformando la ciudad por completo, restaurando
importantes edificios y construyendo nuevos escenarios culturales, como la Casa
de la Música y el Museo Etnográfico.
La noche es un momento perfecto para
callejear. Las avenidas, los puentes y los monumentos iluminados hacen que todo
se vuelva más bonito, envolviendo la ciudad en un cierto aura de romanticismo. La
nostalgia de tiempos pasados y la carga histórica conviven con una actualidad
emergente. Sí, es uno de los destinos más sugerentes de Europa.
País miembro de la UE desde 2004 y miembro del espacio Schengen desde 2007, no forma parte del euro: en Hungría la moneda oficial es el florin húngaro (1 euro= 400 HUF). Pero no te preocupes, a tu llegada a al país, puedes ir a un cajero automático para tener algo de efectivo. Existen cientos por todas las calles, algo exagerado. Aunque si eres de los que, como yo, prefiere pagar todo con tarjeta de crédito, todos los establecimientos te lo permiten e incluso hacerlo en euros directamente.
Yo como siempre opté por la que considero, de largo, mejor opción cuando viajo a un país con moneda “no euro”: una tarifa plana que se activa para la tarjeta que uses habitualmente por el plazo que necesites. No pagas ninguna comisión, ni por sacar dinero ni por pagar con tarjeta. Hablo de esto en un link de la portada de este Blog. Otras opciones son, en mi opinión, poco transparentes aunque presumen justamente de todo lo contrario.
Budapest es perfecta para los
amantes de la gastronomía: combina tradición con vanguardia. Entre los platos
tradicionales de la cultura húngara destacan los guisos y los estofados. El
gulash es probablemente el plato más típico: una sopa contundente elaborada con
carne de vacuno y verduras. Los dulces son también muy apreciados, con opciones
variadas y exóticas. Cuenta con 7 restaurantes con estrella Michelin y además la
elaboración del vino tiene una historia de más de 2.000 años en esta región.
Llegué un 2/Enero y todos los
Mercadillos de Navidad estaban ya desmantelados.
Puedes ver un video de este viaje: VIDEO BUDAPEST
Y te cuento cómo ha sido mi experiencia.